Consejas y consejos del viejo Casimiro.- Rubalcaba ha hecho una carrera, mala es cierto, porque siempre necesitó de las muletas de algún líder. primero lo fueron las que le proporcionó Felipe González, el hombre que desde su falso izquierdismo dio el giro hacia la derecha de este sector, siguiendo los lineamientos del poder económico europeo. después fue rescatado del ostracismo al que le sumió la cruel corrupción que caracterizó los últimos años de Felipe, por Zapatero. el hombre que mintió cruelmente a los españoles, ofreciendo pleno empleo durante el desastre económico para no perder las elecciones del 2008.
Una cosa que ahora no se le puede negar al sujeto de la calva y barba que con su presencia hundiò más de lo posible al PSOE, es que supo dejar su Secretaría General a tiempo reconociendo su responsabilidad y ahora ha dejado su escaño en el Congreso, porque da por terminada una carrera política marcada por su fracaso personal... Es decir, ha diseñado el camino a seguir al ex alcalde de Terrassa, Pere Navarro.
Navarro es el tipo de persona que jamás debió incursionar en la política. Ni es político ni sirve para ello. Escogido a dedo para ocupar la alcaldía de esta ciudad en 2002 por su mentor Manuel Royes, el de Terrassa no hizo más que restar votos en las sucesivas elecciones que solamente ganó por simple incercia.
En 2012 en lo que quizás fue su mayor error personal, falto de liderazgo político y opaco como persona, accedió a la primera secretaría del PSC en un momento en que nadie la quería, porque víctima de su tradicional deriva ideológica, el partido había entrado en barrena hacia el desastre. Quiso alcanzar la gloria y se encontró con la amargura del fracaso.
Rubalcaba dejó la dirección del partido español y Navarro después de pensárselo demasiado tras la deshonrosa derrota del 25-M, hizo lo propia en Catalunya.
Este jueves Rubalcaba se ha ido, deja su escaño en el Congreso. Es conocedor de sus limitaciones políticas, pero el señor Navarro sigue en el Parlament donde quizás pretenda solapar en un excelentemente bien remunerado anonimato, su ignominioso fracaso a la cabeza del socialismo local. ese no es el camino.
La única opción que le queda a Pere Navarro si quiere que en el futuro se le recuerde -si es que alguien le recuerda- como el hombre que supo asumir su responsabilidad es dedicarse de lleno a la vida privada.
Tanto en el Parlament como en Terrassa, las circunstancias exigen a gritos, caras nuevas y Navarro, por una vez al menos, debiera dar el ejemplo cediendo su curul al futuro.
Así es la vida. así son y así están las cosas.
Una cosa que ahora no se le puede negar al sujeto de la calva y barba que con su presencia hundiò más de lo posible al PSOE, es que supo dejar su Secretaría General a tiempo reconociendo su responsabilidad y ahora ha dejado su escaño en el Congreso, porque da por terminada una carrera política marcada por su fracaso personal... Es decir, ha diseñado el camino a seguir al ex alcalde de Terrassa, Pere Navarro.
Navarro es el tipo de persona que jamás debió incursionar en la política. Ni es político ni sirve para ello. Escogido a dedo para ocupar la alcaldía de esta ciudad en 2002 por su mentor Manuel Royes, el de Terrassa no hizo más que restar votos en las sucesivas elecciones que solamente ganó por simple incercia.
En 2012 en lo que quizás fue su mayor error personal, falto de liderazgo político y opaco como persona, accedió a la primera secretaría del PSC en un momento en que nadie la quería, porque víctima de su tradicional deriva ideológica, el partido había entrado en barrena hacia el desastre. Quiso alcanzar la gloria y se encontró con la amargura del fracaso.
Rubalcaba dejó la dirección del partido español y Navarro después de pensárselo demasiado tras la deshonrosa derrota del 25-M, hizo lo propia en Catalunya.
Este jueves Rubalcaba se ha ido, deja su escaño en el Congreso. Es conocedor de sus limitaciones políticas, pero el señor Navarro sigue en el Parlament donde quizás pretenda solapar en un excelentemente bien remunerado anonimato, su ignominioso fracaso a la cabeza del socialismo local. ese no es el camino.
La única opción que le queda a Pere Navarro si quiere que en el futuro se le recuerde -si es que alguien le recuerda- como el hombre que supo asumir su responsabilidad es dedicarse de lleno a la vida privada.
Tanto en el Parlament como en Terrassa, las circunstancias exigen a gritos, caras nuevas y Navarro, por una vez al menos, debiera dar el ejemplo cediendo su curul al futuro.
Así es la vida. así son y así están las cosas.