Este tema ha saltado a la palestra con los sucesos que han conmovido al Brasil antes, durante y después del Mundial de Fútbol por el despilfarro que ha significado la organización mientras que la desigualdad social, una de las más grandes de América sigue viento en popa, siendo su máximo exponente la falta del transporte público nocturno que imposibilita a los pobres a recibir atención médica en horas de la noche.
En Terrassa, una ciudad en donde los caciques se dan y reciben premios, otorgan y son distinguidos con reconocimientos, aupando la mediocridad entre aplausos y cómplices sonrisas, abundan las fiestas... Las opulentas, las importantes, las turísticas, las costosas, las de las suculentas tetas, se quedan en el predio caciquil, las pobres, las del biberón de agua con cebada para el niño hambriento, en los barrios...
Y en esta misma Terrassa, donde no hay socialistas, ni izquierdistas, ni convergentes ni populares, sino simplemente políticos de oficio que están donde les acomode cuando más les convenga, el transporte urbano que muy pocos de ellos usan, no es más que una empresa de servicio público mal gestionada como privada en la que son más importantes los resultados que las necesidades. Por eso, Can Tusell, o San Lorenzo, Can Parellada o La Cogullada, por mecionar algunos barrios , sus pobres quedan aislados de noche, incluso para ir al Hospital, salvo que la gravedad justifique una ambulancia, eventualidad que depende, claro está de la voz indiferente que atiende al otro lado del teléfono.
Terrassa debe estar comunicada durante la noche. Franco falleció hace muchos años y sus errores deben ser superados totalmente. De lo contrario, ahora que el hambre, las deudas, la necesidad y el paro despiertan a aquel conglomerado de individuos llamado masa, esta comenzará a pasar facturas y una de las primeras es caer en brazos del primer aventurero que les ofrezca como solución lo imposible y un Edén ateo que a la larga por falta de ideas, de caminos e ideologías... y de dioses, no será más que un infierno eterno.
Abrazar el camino de la izquierda global, la valentía, la osadía, el atrevimiento, el realismo y la igualdad son la alternativa y ella está en manos de los políticos que todavía están a tiempo de iniciar el cambio y hacer lo que ideológicamente representan y no seguir sirviendo servilmente al cacique complacido.
Así es la vida. así son y así están las cosas.