En efecto, durante el mes de julio, se registraron en las oficinas del antiguo Inem 169 parados menos hasta llegar a la aún preocupante cifra de 21.475 demandantes de empleo.
Aunque con estas estadísticas toda la casta política querrá colgarse medallas, es nuestro deber recordar que son miles los españoles y extranjeros que han abandonado la demanda de empleo para ir a otras latitudes a buscar trabajo y también se cuentan por miles los que lo han encontrado enmarcados en las nuevas políticas implementadas por las derechas socialista y popular, de rebajar los costes laborales en beneficio de sus amos de la banca y sus mentores del gran capiital, políticas, obviamente, de hambre y miseria.
En Sabadell la recuperación de empleo se ha traducido en 142 personas para quedar en 18.323 desempleados.
Es de destacar, asimismo, que los datos correspondientes a julio, pese a ser positivos, son bastante deficientes para una época en que usualmente se crea bastante empleo.
La mirada económica no se dirige en estos momentos hacia la creación de un empleo precario, sino hacia las consecuencias que esa precariedad pueda tener sobre la macroeconomía en momentos en que una nueva recesión puede asestar un duro golpe al sistema., quizás definitivo.