La ambigüedad frente al ébola entre el protocolo y la realidad causa alarma

Hospital de Basurto

Consejas y consejos del viejo Casimiro.- El ébola es mínimamentem contagioso, proclaman los payasos que la dictadiura partidocrática ha instalado en puestos de poder tanto a nivel de Estado, como autonómico. Unos afirman con esa cara de tontos útiles con la que pretenden parecer inteligentes que los riesgos de contagio son prácticamente nulos y otros con una cara sin remedio, que estamos preparados para hacer frente al ébola.

No obstante, el único caso real de ébola, el del cura que trajeron de Liberia para mayor inquietud del ciudadano de a pie y la monja que no lo tenía pero que creían que lo tenía, fueron tratados con tal precaución, con medidas de aislamiento jamás vistas en nuestro país que llegamos a la conclusión de que eso de que es mínimamente contagioso es otra de las tantas, incontables e infinitas mentiras de la clase política. En este caso se podría justificar para evitar que cunda el pánico.

Sin embargo, aunque aún estamos lejos del pánico, porque los españoles mientras tengamos fútbol, telebasura y monarquía, poco nos preocupa el entorno, desde los centros hospitalarios, con la descoordinación que les inyecta la casta negligente y charlatana, se encargan sin quererlo, de crear zozobra, de lanzar rumores, de confundir cualquier simple fiebre con vómitos con el ébola. Es verdad que en los dos casos, el descartado de Alicante y el que está en proceso en el Hospital de Basurto, habían llegado recientemente de África Occidental donde se centra la epidemia, pero si por allí que hay millones de mortales, solo algo más de dos mil han sido infectados, no debería ni siquiera preocuparnos,

Pero es preocupante. Tanto porque con solamente rozar un área que haya tocado un enfermo, corremos el riesgo de caer bajo las letales garras del virus.

Como es habitual en nuestro país, todo se está encarando con panderetas, saltando entre extremos y sin sugerir prevenciones reales. Sería, por ejemplo, saludable, recomendar a la población utilizar por defecto guantes quirúrgicos, que son frente a este virus como un condón en las enfernedades venéreas. En Japón, donde existe un pueblo serio y práctico, centenares de miles de personas utilizan mascarillas como norma para evitar contagios aéreos... ¿Por qué no podemos hacer lo mismo ante un temor naciente pero real?

Finalmente, repetir que no todos los que tienen fiebre y vómitos son sospechosos de tener ébola, ni siquiera porque hayan estado recientemente en África, porque con lo aprehensivos y muchas veces ignorantes que somos, llegaremos a temer la proximidad de cualquier subsahariano.

Así es la vida. Así son y así están las cosas.