Los autobuses tercermundistas de Terrassa se caen a pedazos

Esta mañana he tenido la mala suerte, derivada de esa semi ceguera que me impide conducir, de coger un autobús de la línea 10, de esos que van de Les Fonts a la estación del Norte y, sinceramente, si no hubiese sido por la amable simpatía de la conductora, me hubiese bajado pitando. Era una unidad digna de los nuevos contenedores en los que ha despilfarrado el riquísimo ayuntamiento de la localidad.

Sobre todo, tenía los asientos destrozados. Y eso que es normal en un país tercermundista, donde como compensación los pasajes son baratos, en una de las ciudades con los billetes de autobús más caros de España, uno de los países a su vez más caros de Europa, es una bofetada al usuario.

No capté ninguna imagen, pero como el mundo está lleno de casualidades, una de las tantas lectoras de este blog, Mari Carmen Bueno, nos ha enviado tres gráficas que hablan por sí solas.

¿Solución a esto? Cesar a los gestores de la empresa de transporte o pagarles lo que se merecen... Con el SMI estarían demasiado bien remunerados y a lo mejor cobrando 50 Cts. por billete se mantendría los vehículos y se ofrecería un servicio de lujo, porque en apariencia el lujo de esta y otras empresas municipales, presuntamente se va en sueldos inmerecidos.

Así es la vida. Así son y así están las cosas.