Alrededor de las 20:30 horas del día 9 de agosto, un agente de la Guardia Urbana de Barcelona que se encontraba fuera de servicio pudo ver como, en Collserola, había un hombre que estaba encendiendo un fuego con la clara intención de quemar el bosque. El agente se identificó y pudo retener al individuo hasta que llegaron más patrullas. Al posterior registro se le localizaron cinco encendedores así como papel de las mismas características que el que estaba encendido para hacer el fuego.
Al ver estos extremos, el hombre quedó detenido como presunto autor del delito de incendio forestal. Precisamente, los Bomberos de la Generalidad de Cataluña manifestaron que, durante la mañana del mismo día 9, tuvieron tres intentos de prender fuego en ese mismo bosque.
Una vez esta hombre, de 45 años, nacionalidad española y vecino de Terrassa fue trasladado a las dependencias de los Mossos de las Cortes, los agentes de la policía catalana pudieron comprobar como, entre sus pertenencias, había una cámara de fotos y varias tarjetas de memoria.
Los agentes pudieron comprobar que las numerosas fotografías que se encontraban en la cámara de fotos eran de mujeres jóvenes que paseaban por la calle. Este hecho despertó las sospechas de los mozos que comprobaron que el detenido tenía antecedentes por abusos sexuales a menores. Rápidamente pidieron autorización judicial para visionar todos los soportes digitales que llevaba encima el detenido.
Una vez que los agentes tuvieron esa autorización del juez, visionaron estos soportes digitales y pudieron apreciar cómo, aparte de las fotografías antes mencionadas, también había numerosas fotografías de carácter sexual, tanto de menores como de mayores de edad.
Por todos estos hechos, los Mossos lo detuvieron por un presunto delito de pornografía de menores.
Tras declarar ante el Juez, el detenido ingresó en prisión.