La apuesta para digitalizar el Cine Cataluña, que se mantendrá como cine público y de calidad en el centro de la ciudad, obedece principalmente a dos motivos. Por un lado el hecho de que los cambios tecnológicos que se han producido en los últimos años en el mundo del audiovisual y la irrupción del cine digital hacen prácticamente inviable la continuidad de las proyecciones en 35mm. Unas proyecciones que están desapareciendo de los circuitos de distribución cinematográfica, y que ya son un producto residual, ya que las llamadas majors y grandes estudios anuncian que dejarán de hacer copias en formato analógico, y ya lo están llevando a la práctica. En consecuencia, la mayoría de las distribuidoras ofrecen las copias en formato digital DCP -digital Cine Package-, que llegan encriptados y que sólo se pueden reproducir en un proyector digital de cine.
Muy pocas majors, y cada vez menos, ofrecen como alternativa el Blu-ray, ya que este formato ofrece una nula seguridad a la hora de proteger la película de las copias ilegales y es un soporte pensado para el consumo doméstico. En los últimos meses, el Cine Cataluña se ha visto obligado a suspender o no programar determinadas películas, al no disponer de proyectores digitales con capacidad para reproducir el formato DCP. Una situación que también afecta el concepto y la proyección social de este equipamiento público.
Por otra parte, las proyecciones digitales permitirán mejorar de manera muy notable tanto la imagen como el sonido de las filmaciones que se programen en las dos salas del cine. La implementación del sistema digital permitirá por un lado incrementar la oferta de las películas y, por otra, aumentar la calidad de estas proyecciones.