Consejas y consejos del viejo Casimiro.- Si existe un mínimo de credibilidad en ese convenio intermunicipal firmado por Sant Quirze y Terrassa, que en épocas preelectorales es harto difícil, lo primero que debiera desaparecer en la parte de Les Fonts terrassense, casi en el límite con Sant Quirze, es ese mamotreto espantoso que quiso, según la dudosa inteligencia de alguien, erigirse como castillo de Les Fonts.
Sin estilo de ningún tipo, sin clase ni elegancia, con algo así como 60 años de antigüedad, esa construcción no solamente afea el sector, sino que pone en duda la cultura de quienes lo permiten en ese enclave a la vista de todo el que se acerca a Terrassa en el tren de la Generalitat.
Esa edificación podría definirse como un montón de ladrillos, uno sobre otro que quizás le guste a algún garrulete de aquellos que si les regalas una pintura de Dalí, la rechazaría porque, por ejemplo, no tiene suficiente verde que haga juego con las cortinas del salón, pero que por lo que a la vista queda, no es más que un enorme y deforme depósito de cualquier cosa.
Así es la vida. Así son y así están las cosas.
Sin estilo de ningún tipo, sin clase ni elegancia, con algo así como 60 años de antigüedad, esa construcción no solamente afea el sector, sino que pone en duda la cultura de quienes lo permiten en ese enclave a la vista de todo el que se acerca a Terrassa en el tren de la Generalitat.
Esa edificación podría definirse como un montón de ladrillos, uno sobre otro que quizás le guste a algún garrulete de aquellos que si les regalas una pintura de Dalí, la rechazaría porque, por ejemplo, no tiene suficiente verde que haga juego con las cortinas del salón, pero que por lo que a la vista queda, no es más que un enorme y deforme depósito de cualquier cosa.
Así es la vida. Así son y así están las cosas.