Le estafaron 3,6 millones de euros
Nota de Prensa.- Los Mossos de la División de Investigación Criminal adscritos a la Unidad Central de Multirreincidentes han detenido por un presunto delito de estafa, siete hombres, seis de nacionalidad española y uno de nacionalidad argentina, de edades comprendidas entre los 28 y los 56 años y vecinos de Barcelona, Terrassa, Premià de Dalt, Gavà, Castelldefels, la Llagosta y Sant Vicenç de Castellet.
La investigación se inició a raíz de la denuncia de un empresario chino quien explicó a los mozos que su empresa había comprado 76 contenedores cargados de metal (cobre y latón) a una empresa ubicada en Barcelona. El envío de estos contenedores se debía hacer vía marítima saliendo del puerto de Barcelona con destino al puerto de Hong Kong. Ahora bien, cuando los primeros contenedores llegaron al país asiático, la empresa destinataria y las autoridades chinas comprobaron que los contenedores estaban llenos de lo que se conoce como escograva, material sin valor económico consistente en arena, piedras y residuos procedentes de fundiciones u hornos.
En el año 2008 la empresa china comenzó su actividad comercial con una empresa catalana relacionada con la compraventa de chatarra. Hasta la fecha de la estafa, la empresa china había comprado contenedores por valor de ocho millones de dólares anuales. Estos contratos siempre se hacían de la misma manera y con el mismo empresario catalán como persona de referencia en Cataluña quien se encargaba de supervisar el envío vía marítima. Los contenedores se cargaban en Barcelona, el empresario hacía fotos del cargamento, precintaba el contenedor y enviaba la prueba vía correo electrónico en China. Cuando la empresa china tenía las imágenes de la chatarra y la constatación de que los contenedores habían salido del puerto de Barcelona, hacía los pagos.
La primera fase de la investigación comenzó en el mes de marzo con la inspección en el puerto de Barcelona de 50 contenedores devueltos de China y con la entrada y registro en dos empresas de Barcelona. En esta actuación, los agentes detuvieron a tres trabajadores como responsables de haber cargado los contenedores.
La investigación continuó con el objetivo de identificar y detener a los máximos responsables de la estafa. Así, después de meses de investigaciones, los agentes pudieron determinar que los autores habían sido cinco hombres, todos empresarios de varias empresas relacionadas con el mundo del metal. Entre estos cinco hombres se encontraba el empresario barcelonés que había mantenido la relación comercial legal con la empresa china, un hombre de 33 años, de nacionalidad española y vecino de Barcelona. Con esta información, los investigadores montaron un dispositivo policial que permitió detener a cuatro de los cinco autores mientras que el quinto, el empresario barcelonés que había iniciado la actividad comercial con la empresa china, no se ha podido detener todavía.
Los detenidos, tras pasar a disposición judicial, quedaron en libertad con cargos.
La investigación se inició a raíz de la denuncia de un empresario chino quien explicó a los mozos que su empresa había comprado 76 contenedores cargados de metal (cobre y latón) a una empresa ubicada en Barcelona. El envío de estos contenedores se debía hacer vía marítima saliendo del puerto de Barcelona con destino al puerto de Hong Kong. Ahora bien, cuando los primeros contenedores llegaron al país asiático, la empresa destinataria y las autoridades chinas comprobaron que los contenedores estaban llenos de lo que se conoce como escograva, material sin valor económico consistente en arena, piedras y residuos procedentes de fundiciones u hornos.
En el año 2008 la empresa china comenzó su actividad comercial con una empresa catalana relacionada con la compraventa de chatarra. Hasta la fecha de la estafa, la empresa china había comprado contenedores por valor de ocho millones de dólares anuales. Estos contratos siempre se hacían de la misma manera y con el mismo empresario catalán como persona de referencia en Cataluña quien se encargaba de supervisar el envío vía marítima. Los contenedores se cargaban en Barcelona, el empresario hacía fotos del cargamento, precintaba el contenedor y enviaba la prueba vía correo electrónico en China. Cuando la empresa china tenía las imágenes de la chatarra y la constatación de que los contenedores habían salido del puerto de Barcelona, hacía los pagos.
La primera fase de la investigación comenzó en el mes de marzo con la inspección en el puerto de Barcelona de 50 contenedores devueltos de China y con la entrada y registro en dos empresas de Barcelona. En esta actuación, los agentes detuvieron a tres trabajadores como responsables de haber cargado los contenedores.
La investigación continuó con el objetivo de identificar y detener a los máximos responsables de la estafa. Así, después de meses de investigaciones, los agentes pudieron determinar que los autores habían sido cinco hombres, todos empresarios de varias empresas relacionadas con el mundo del metal. Entre estos cinco hombres se encontraba el empresario barcelonés que había mantenido la relación comercial legal con la empresa china, un hombre de 33 años, de nacionalidad española y vecino de Barcelona. Con esta información, los investigadores montaron un dispositivo policial que permitió detener a cuatro de los cinco autores mientras que el quinto, el empresario barcelonés que había iniciado la actividad comercial con la empresa china, no se ha podido detener todavía.
Los detenidos, tras pasar a disposición judicial, quedaron en libertad con cargos.