En una jornada escasa de noticias y con la Navidad brillando en la zona céntrica de esta Terrassa en la que conviven los agravios comparativos positivos y negativos a gusto del caciquismo local, bueno es recordar que entre los vecinos existen unos animales llamados cerdos que han adquirido forma humanoide y que pese a todos los esfuerzos de las autoridades, se dedican a ensuciar no solamente el interior de sus hogares, que a fin de cuentas son cosa de ellos, sino los sitios públicos.
Tirar los escombros en los contenedores está pasando a ser en los barrios un sacrificio enorme, porque no solamente se debe andar con cuidado de no pisar las mierdas de aquellos los perros que tienen la mala suerte de ser mascotas de esta subespecie porcina humanoide, sino también acercarse a los contenedores, pues dentro de su marrana escasa inteligencia, este colectivo llega a conectar escombros con contenedores, pero no que es dentro de los mismos que deben tirar la porquería que generan y los dejan por doquier.
Los ingentes esfuerzos de la administración egarense para concienciar a todos los ciudadanos de la importancia que conlleva incluso para la salud mantener la ciudad limpia, colisiona con el colectivo porqueril y parece ser que con estos energúmenos no quedará más remedio que aplicar lo que no les gusta a nuestros munícipes, como son las sanciones severas.
A lo mejor y con suerte, con multas extremas se logre humanizar a estos animales.
Así es la la vida. Así son y así están las cosas.
Tirar los escombros en los contenedores está pasando a ser en los barrios un sacrificio enorme, porque no solamente se debe andar con cuidado de no pisar las mierdas de aquellos los perros que tienen la mala suerte de ser mascotas de esta subespecie porcina humanoide, sino también acercarse a los contenedores, pues dentro de su marrana escasa inteligencia, este colectivo llega a conectar escombros con contenedores, pero no que es dentro de los mismos que deben tirar la porquería que generan y los dejan por doquier.
Los ingentes esfuerzos de la administración egarense para concienciar a todos los ciudadanos de la importancia que conlleva incluso para la salud mantener la ciudad limpia, colisiona con el colectivo porqueril y parece ser que con estos energúmenos no quedará más remedio que aplicar lo que no les gusta a nuestros munícipes, como son las sanciones severas.
A lo mejor y con suerte, con multas extremas se logre humanizar a estos animales.
Así es la la vida. Así son y así están las cosas.