El esplendor de la Cabalgata de Reyes se vivió como es tradicional en el centro, donde los tiempos exigen a gritos un cambio hacia una organización plural que entienda que más allá de la frontera ficticia creada donde comienzan los barrios, que aunque no se los parezca siguen siendo Terrassa, hay suficientes subsaharianos o de otras latitudes con ancestros africanos que evitarían esa penosa discriminación de pintar de negro con labios rojos como aquel inolvidable "negrito" del Colacao, a niños, mujeres y hombres de piel clara.
En los barrios, con fondos más exiguos pero con mayor entusiasmo, también hubo cabalgatas, más modestas, pero al mismo tiempo más alegres y bullicosas y no exentas de gran profusión de caramelos. Terrassa en la Mira vio la primera y disfrutó de dos de las segundas.
En todo caso, en el centro o en las barriadas, la ilusión de los pequeños era notoria y los sueños palpables. Mañana para muchos, será su gran día.
En los barrios, con fondos más exiguos pero con mayor entusiasmo, también hubo cabalgatas, más modestas, pero al mismo tiempo más alegres y bullicosas y no exentas de gran profusión de caramelos. Terrassa en la Mira vio la primera y disfrutó de dos de las segundas.
En todo caso, en el centro o en las barriadas, la ilusión de los pequeños era notoria y los sueños palpables. Mañana para muchos, será su gran día.