Consejas y consejos del viejo Casimiro.- En el transporte público de Terrassa en particular y del mundo en general, no existe nada más inútil que aquellos asientos rojos destinados a personas mayores, con poroblemas de movilidad o embarazadas, porque si al final de una jornada hacemos un balance, las estadísticas nos indicarían que es muy superior el porcentaje de sinvergüenzas sin necesidades especiales los que ocupan esos lugares que las personas a las que están destinados.
Evitando olvidarme puntualizar que lo de la sinvergüenzura es una de las posibilidades porque la otra es la más pura ignorancia, es de destacar que cuando algún estudiante, niño o niña, una señora cuarentona (las usuarias más naturales) o cualquier otro que no necesite de ese sitio, se ven enfrentados con la unidad repleta de viajeros, a una señora con una barriga de veinte meses o a una pobre vieja de 105 años o a un treintañero con muletas, si no les sobreviene un sueño repentino y profundo, un milagro llama su atencióin al otro lado de la ventana del autobús, que le hace perder el interés por las trvialidades que ocurren en su interior..
Una solución para evitar este tipo de incivismo es que se pusiera un cartel al lado de cada asiento rojo especificando que "Aunque la ignorancia es muy atrevida, no es una discapacidad"... A lo mejor, digo yo, a alguno o alguna de estos desvergonzados, les supuraría como la pus, un poquito de bochorno.
Así es la vida. así son y así están las cosas.
Evitando olvidarme puntualizar que lo de la sinvergüenzura es una de las posibilidades porque la otra es la más pura ignorancia, es de destacar que cuando algún estudiante, niño o niña, una señora cuarentona (las usuarias más naturales) o cualquier otro que no necesite de ese sitio, se ven enfrentados con la unidad repleta de viajeros, a una señora con una barriga de veinte meses o a una pobre vieja de 105 años o a un treintañero con muletas, si no les sobreviene un sueño repentino y profundo, un milagro llama su atencióin al otro lado de la ventana del autobús, que le hace perder el interés por las trvialidades que ocurren en su interior..
Una solución para evitar este tipo de incivismo es que se pusiera un cartel al lado de cada asiento rojo especificando que "Aunque la ignorancia es muy atrevida, no es una discapacidad"... A lo mejor, digo yo, a alguno o alguna de estos desvergonzados, les supuraría como la pus, un poquito de bochorno.
Así es la vida. así son y así están las cosas.