Pese a que últimamente al parecer una mano bondadosa ha retirado parte de la maleza de sus patios, es difícil para el observador casual, adivinar que entre esos fríos edificios y sucias escaleras, carentes de un mínimo mantenimiento necesario, se mueven durante algunas horas, chicos y chicas que buscan entre sus sombrías aulas, las mieses del saber.
Lo cierto es que este instituto, tal como está, sería un excelente escenario para filmar algunas temporadas de la serie The Walking Dead, salvo que alguno de los genios que el error humano elevó a la Generalitat descubra que desviar algo de los dineros públicos al aspecto de este plantel educativo sería tan insignificante que sus amos capitalistas no echarían en falta esa calderilla.
Así es la vida. Así son y así están las cosas.