Y conjuntando las diferentes opiniones, varios puntos han quedado claros...
- El alcalde abusa de Facebook como medio de comunicación personal, lo que si bien es indiscutiblemente válido, a muchos ciudadanos les da la sensación de que su presencia permanente en la red, le resta tiempo para dedicarse a las tareas propias del cargo.
- El alcalde equivoca su estrategia informativa al utilizar las redes porque el porcentaje potencial de seguidores o "amigos" es muy bajo en los sectores que pudieran ser afines al decadente PSC, partido liberal en el que milita el edil. Con toda la prensa local a su disposición, comenzando con la miríada de medios del ayuntamiento, en todo caso, resulta innecesario el apuntalamiento a través de Facebook.
- El alcalde abusa de sus visitas a los barrios, predominando la sensación de que su explicación de que quiere conocer de cerca los problemas de la ciudad, es porque a priori no conoce los barrios y sus problemáticas, que debiera ser la primera aplicación propia del principal gestor municipal, a través de sus asesores y no en el terreno, porque quienes suelen recibirle e informarle durante esas visitas son aplaudidores de oficio, más conocidos como aduladores.
- El alcalde en opinión casi unánime, no hace otra cosa que campaña electoral y de proyección de imagen en sus constantes visitas a las barriadas después de las cuales las soluciones, cuando las hay, son simples parches.
- El alcalde ha quemado su imagen sobre todo en el sector juvenil, que en un principio se sintió bastante identificado con el joven político y que hoy en forma creciente le está considerando un político más del montón.
De los puntos que más disgustan a nuestros interlocutores, el que destaca es indudablemente de que a pesar de que Ballart quiere aparecer como un alcalde moderno, el tratamiento de las obras públicas y la celeridad que se les está dando a medida que se aproximan las municipales, lo sitúan como uno más de los políticos tradicionales.
Quisimos introducir una especie de encuesta electoral, pero el patio está muy revuelto y si bien en diciembre se vislumbraba una victoria por la mínima del PSC gracias al alcalde, ahora la sensación general es de absoluta fragmentación, lo que requeriría métodos de consulta científicos los que tampoco garantizarían unas aproximaciones creíbles, aunque sí podrían marcar alguna tendencia con probabilidades de éxito. En este sentido podemos afirmar que solamente dos de nuestros interlocutores votarían al PSC, tres a ERC, cuatro a C's, uno a CiU y uno también a PxC... El resto no se manifestó.