Consejas y consejos del viejo Casimiro.- Hace poco se fue del PSC terrassense, después de más de treinta años de militancia, Carme Labória y hace poco también se desapuntó de la disciplina socialista, con más de cuarenta años de militancia, Jordi Labória y esto tiene dos lecturas claras una indesmentible y la otra discutible...
La primera es que la familia, si es que son familiares, ha decidido hacerse el harakiri político y la otra podría deberse a la solidaridad ante la salida de Carme del partido y del Ayuntamiento, presumiblemente derivada de su no inclusión en puestos con posibilidades en la lista socialista.
Esta salida más que afectar, beneficia las aspiraciones del joven Jordi Ballart, porque van en consonancia con sus deseos y promesas de cambio y desde luego los Labòria, con toda su seriedad y respetabilidad, representan todo, menos el cambio.
Y antes de terminar quisiera puntualizar algo acerca de los motivos que esgrimen Jordi Labória, un anciano ampliamente desconocido por los ciudadanos de a pie y famoso en su entorno político y vecinal y Carme Labòria, una mujer por la que aposté como alcaldesa cuando se iba aquel gris alcalde de la localidad llamado Pere Navarro, Esto es que ahora, después de varios lustros de militancia, se han percatado que el partido que integraban no es independentista. Es decir, lo sabía todo el mundo, menos ellos dos.
Lo importante es que ahora militan en un partido que no aparece en ninguna encuesta, MES, creo que le llaman sus amigos y conocidos, y más importante aún, es que la antigua concejala se ha asegurado, salvo sorpresa de última hora, una concejalía gracias a la generosidad de ERC que por lo visto no ficha personalidades por su ideología sino por los votos que le puedan aportar.
Así es la vida. Así es la política. Así son y así están las cosas.
¿Y Ballart? ¡Tan contento!
La primera es que la familia, si es que son familiares, ha decidido hacerse el harakiri político y la otra podría deberse a la solidaridad ante la salida de Carme del partido y del Ayuntamiento, presumiblemente derivada de su no inclusión en puestos con posibilidades en la lista socialista.
Esta salida más que afectar, beneficia las aspiraciones del joven Jordi Ballart, porque van en consonancia con sus deseos y promesas de cambio y desde luego los Labòria, con toda su seriedad y respetabilidad, representan todo, menos el cambio.
Y antes de terminar quisiera puntualizar algo acerca de los motivos que esgrimen Jordi Labória, un anciano ampliamente desconocido por los ciudadanos de a pie y famoso en su entorno político y vecinal y Carme Labòria, una mujer por la que aposté como alcaldesa cuando se iba aquel gris alcalde de la localidad llamado Pere Navarro, Esto es que ahora, después de varios lustros de militancia, se han percatado que el partido que integraban no es independentista. Es decir, lo sabía todo el mundo, menos ellos dos.
Lo importante es que ahora militan en un partido que no aparece en ninguna encuesta, MES, creo que le llaman sus amigos y conocidos, y más importante aún, es que la antigua concejala se ha asegurado, salvo sorpresa de última hora, una concejalía gracias a la generosidad de ERC que por lo visto no ficha personalidades por su ideología sino por los votos que le puedan aportar.
Así es la vida. Así es la política. Así son y así están las cosas.
¿Y Ballart? ¡Tan contento!