ERC, un partido estancado ideológicamente en los años 30 del siglo pasado y Terrassa en Comú, una formación nacida como alternativa a la falta real de alternativas que está en un extremo no precisado de la brújula política y que esconde bajo sus siglas al Podemos de Pablo Iglesias, han reconocido esta mañana en rueda de prensa ofrecida por sus líderes Isaac Albert y Xavi Matilla, la existencia del contubernio anti Ballart, que más que anti alguien, parece ser el primer paso de la ambición por unos cargos que están bastante bien pagados, que esa y no otra suele ser la vocación del político sin formación ni menos ideología.
Entre ambos partidos suman diez concejales, insuficientes también como los del PSC que suma nueve, pero cuentan con que CiU les apoye (según nuestras informaciones ya lo hizo en el acuerdo que destapamos antes del proceso electoral), lo mismo que la Cup, que en todo caso encaja mejor en el radicalismo, aunque en su caso sea inobjetablemnente de izquierdas, de Podemos.
Sàmper alcalde para garantizar la estabilidad municipal
Entre todos sumarían catorce concejales que les permitirían gobernar, pero como CiU, un partido claramente de derechas podría intentar desentenderse en cualquier momento de esta coalición "atrapa cargos", un pajarito me contó con sus dulces trinos (no sé si sería el propio Chávez, como lo hizo con Maduro), que Miquel Sàmper sería encumbrado a la alcaldía o una importante tenencia de alcalde, para mantener el compromiso de la federación nacionalista.. Eso sí, Sería la única prebenda para la ex gente de Jordi Pujol.
En todo caso, pase lo que pase, la poca fe en la casta política, -Podemos que ya se ha subido a su mismo tren, incluído-, hacen que los ciudadanos de a pie asistamos como simples espectadores a este circo perverso que ha de culminar con un último acto durante la repartición de cargos.
Así es la vida. Así son y así están las cosas.