La democracia es una virtud que a algunos les queda grande y solamente se circunscribe a aceptarla siempre y cuando se someta a sus deseos.
Eso parece estar sucediendo en Podemos, fuerza alrededor de la cual se han unido. pequeñas comparsas partidistas para darle el nombre de Terrassa en Comú.
En efecto, el domingo tuvimos conocimiento a través de las redes sociales, que las bases del partido de Pablo iglesias habían rechazado en asamblea un posible pacto con ERC como punto de partida de la coalición que impediría repetir al alcalde Ballart. Esta asamblea se desarrolló, no sé bien si el sábado o el domingo.
Sin embargo, el lunes, el mandamás de TeC/Podemos, Xavi Matilla, al más puro estilo Maduro, desoyó a sus bases y anunció un pacto con ERC, que vistas las circunstancias deja claras las 'simpatías' que despierta en Podemos la voluntad popular.
Posiblemente el lema de Matilla sea "donde manda patrón, no manda marinero" y eso en un sistema representativo y democrático, con todas las imperfecciones mejorables del que adolezca, no es del todo aceptable.
De momento, lo cierto es que el contubernio orquestado por Podemos, que en lugar de integración ofrecía exclusión y división en una ciudad que clama por el consenso, se ha desbaratado gracias a que ha imperado el sentido común entre los dirigentes políticos en algunos casos y las bases, en otros.
Lo que en todo caso nos ha dejado claro este disparate es el talante de quien dirigió la orquestación.
Así es la vida. Así son y así están las cosas.
Eso parece estar sucediendo en Podemos, fuerza alrededor de la cual se han unido. pequeñas comparsas partidistas para darle el nombre de Terrassa en Comú.
En efecto, el domingo tuvimos conocimiento a través de las redes sociales, que las bases del partido de Pablo iglesias habían rechazado en asamblea un posible pacto con ERC como punto de partida de la coalición que impediría repetir al alcalde Ballart. Esta asamblea se desarrolló, no sé bien si el sábado o el domingo.
Sin embargo, el lunes, el mandamás de TeC/Podemos, Xavi Matilla, al más puro estilo Maduro, desoyó a sus bases y anunció un pacto con ERC, que vistas las circunstancias deja claras las 'simpatías' que despierta en Podemos la voluntad popular.
Posiblemente el lema de Matilla sea "donde manda patrón, no manda marinero" y eso en un sistema representativo y democrático, con todas las imperfecciones mejorables del que adolezca, no es del todo aceptable.
De momento, lo cierto es que el contubernio orquestado por Podemos, que en lugar de integración ofrecía exclusión y división en una ciudad que clama por el consenso, se ha desbaratado gracias a que ha imperado el sentido común entre los dirigentes políticos en algunos casos y las bases, en otros.
Lo que en todo caso nos ha dejado claro este disparate es el talante de quien dirigió la orquestación.
Así es la vida. Así son y así están las cosas.