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Por José Luis Montoya |
Destaca especialmente por sobresalir del conjunto de edificios históricos con ese aire entre rústico y mediterráneo, así como por su colorida fachada en tono amarillo. Su aspecto modernista hay que buscarlo en el uso de la forja y en los detalles de ornamentación con motivos florales. A propósito de sus forjados, no sólo los balcones exteriores denotan ese carácter, sino también la escalera interior y, especialmente, el farol art-decó que se alza a sus pies.
La Casa Pous Cunill es un antiguo caserón señorial construido entre medianeras, que consta de planta baja, entresuelo y dos pisos. En su fachada simétrica destaca una gran tribuna central y los balcones. También llama la atención el remate superior en forma de cornisa, con un frontón semicircular adornado con motivos florales.
Dos grandes portones presiden la planta baja. Uno de ellos da acceso al zaguán que acoge la escalera antes mencionada, mientras que el otro era la entrada a las cuadras. En el portón de la izquierda lucen dos grandes aldabones que asemejan serpientes (José Luis montoya / ARQUITERRASSA)