El intenso calor, las actividades derivadas del horario estival, la reducción de hechos informativos por las vacaciones, el frenazo de la actividad política, de hecho poco atractiva para una colectividad que vive indiferente el quehacer de una casta que se desenvuelve entre el boato y el engaño, nos han obligado a reducir al mínimo nuestra diaria oferta noticiosa..
El calor tampoco favorece el funcionamiento de nuestros viejos equipos informáticos que, o se apagan inesperadamente, o se ralentizan hasta extremos desesperantes pese a los 300 megas de la fibra óptica. Cosas de la soledad y de la aplicación a rajatabla de que no nos mueven fines de lucro. Hasta sería posible que de pronto Terrassa en la Mira dejara de actualizarse, es decir que desapareciera por falta de ordenadores.
Pero lo último no ocurrirá, porque aunque tengamos que sacar nuestros blogs a través del smartphone, lo haremos, principalmente por esas Consejas y Consejos del Viejo Casimiro, que a cada aparición le acompaña un aumento de un 150 0 200 por ciento de visitas respecto a la media normal. Sería un crimen dejar a sus seguidores sin sus agudas opiniones y un regalo inmerecido para la casta que dejaría de temer ver descubiertas las perversiones y aberraciones políticas en su antojadiza interpretación del sentir de la soberanía popular de la que se nutre para sus fines.
El calor tampoco favorece el funcionamiento de nuestros viejos equipos informáticos que, o se apagan inesperadamente, o se ralentizan hasta extremos desesperantes pese a los 300 megas de la fibra óptica. Cosas de la soledad y de la aplicación a rajatabla de que no nos mueven fines de lucro. Hasta sería posible que de pronto Terrassa en la Mira dejara de actualizarse, es decir que desapareciera por falta de ordenadores.
Pero lo último no ocurrirá, porque aunque tengamos que sacar nuestros blogs a través del smartphone, lo haremos, principalmente por esas Consejas y Consejos del Viejo Casimiro, que a cada aparición le acompaña un aumento de un 150 0 200 por ciento de visitas respecto a la media normal. Sería un crimen dejar a sus seguidores sin sus agudas opiniones y un regalo inmerecido para la casta que dejaría de temer ver descubiertas las perversiones y aberraciones políticas en su antojadiza interpretación del sentir de la soberanía popular de la que se nutre para sus fines.