Algunos historiadores locales afirman que el nombre de Terrassa procede de la desaparecida villa medieval Castrum Terracia, desde la que el rey de turno, a través del noble local, ejercía su vasallazgo en el territorio vallesano. Se ha documentado también la existencia de una muralla que daba cobijo a los habitantes de dicho castrum, cuyo término incluía también numerosas masías extramuros. La villa medieval de Terrassa se limitaba tan solo al espacio circundado por el actual Raval de Montserrat, las calles Unió y Forn, la calle del Vall, la de la Església y la calle Gavatxons. La actual Plaça Vella, era el foro de la villa y se ubicada en el extremo oriental del recinto amurallado. En ella se ubicaban, entre otros edificios, la iglesia y el Castillo-Palacio que dio nombre a la ciudad.Trazado de la muralla de Terrassa
De ese recinto amurallado solo ha pervivido la Torre del Palau, perteneciente al castillo y de la cual ya os hablé en otra entrada. Una torre perdida en la maraña de casas del casco histórico, que el Ayuntamiento recuperó para la ciudad expropiando fincas y creando una plaza que permite acceder a ella. Y gracias a esos trabajos se descubrió parte del lienzo de la antigua muralla, destruida según la leyenda por los ataques de Almanzor. Dicho tramo de muralla permite colegir la posible supervivencia de algunos vestigios del muro aprovechados para construir algunas de las viviendas que se erigieron con el paso de los años.
La muestra de la antigua muralla que aún puede contemplarse permite constatar lo que la documentación escrita de que disponemos había explicado acerca de sus características. Dicho descubrimiento permite contemplar un tramo del foso este de la muralla, de unos 5.50 metros de trazado, que se ha conservado como medianera de una de las fincas de la calle Gavatxons.
En lo que se refiere al lienzo de muralla descubierto en esa zona, constituye una estructura de unos 6 metros de altura por 5 y medio de largo. Permaneció oculta durante siglos por capas y capas de pintura y reboque, y presenta dos cuerpos. El primero aparece muy afectado y se construyó a partir de grandes piedras y cantos ligados con mortero de arena y cal. Tiene un grosor de unos 70 centímetros y se eleva unos 3 metros desde el suelo.
El segundo cuerpo se construyó con obra mixta de piedras y tapia, y se deja ver el uso de la técnica del encofrado. Tiene una altura similar a la del primer cuerpo y su reboque externo varía según las caras; la cara este cuenta con un revestimiento de pequeños cantos y piedras dispuestas de forma regular y sujetas mediante mortero de arena y cal, mientras que la cara oeste está revestida sólo de arena con piedras y restos de cerámica correspondientes a las épocas romana e ibérica.
Los documentos históricos conocidos hasta el momento se referían al recinto fortificado de Terrassa como una muralla construida con tierra y "endurecida" con la técnica del tapiado. De ahí el topónimo Castrum Terracia, que muchos han visto como 'Castillo de Tierra'. Esos documentos dejan constancia de unos muros de 8.148 metros de alto y que estaba coronada por almenas. (José Luis Montoya / ARQUITERRASSA)
De ese recinto amurallado solo ha pervivido la Torre del Palau, perteneciente al castillo y de la cual ya os hablé en otra entrada. Una torre perdida en la maraña de casas del casco histórico, que el Ayuntamiento recuperó para la ciudad expropiando fincas y creando una plaza que permite acceder a ella. Y gracias a esos trabajos se descubrió parte del lienzo de la antigua muralla, destruida según la leyenda por los ataques de Almanzor. Dicho tramo de muralla permite colegir la posible supervivencia de algunos vestigios del muro aprovechados para construir algunas de las viviendas que se erigieron con el paso de los años.
La muestra de la antigua muralla que aún puede contemplarse permite constatar lo que la documentación escrita de que disponemos había explicado acerca de sus características. Dicho descubrimiento permite contemplar un tramo del foso este de la muralla, de unos 5.50 metros de trazado, que se ha conservado como medianera de una de las fincas de la calle Gavatxons.
En lo que se refiere al lienzo de muralla descubierto en esa zona, constituye una estructura de unos 6 metros de altura por 5 y medio de largo. Permaneció oculta durante siglos por capas y capas de pintura y reboque, y presenta dos cuerpos. El primero aparece muy afectado y se construyó a partir de grandes piedras y cantos ligados con mortero de arena y cal. Tiene un grosor de unos 70 centímetros y se eleva unos 3 metros desde el suelo.
El segundo cuerpo se construyó con obra mixta de piedras y tapia, y se deja ver el uso de la técnica del encofrado. Tiene una altura similar a la del primer cuerpo y su reboque externo varía según las caras; la cara este cuenta con un revestimiento de pequeños cantos y piedras dispuestas de forma regular y sujetas mediante mortero de arena y cal, mientras que la cara oeste está revestida sólo de arena con piedras y restos de cerámica correspondientes a las épocas romana e ibérica.
Los documentos históricos conocidos hasta el momento se referían al recinto fortificado de Terrassa como una muralla construida con tierra y "endurecida" con la técnica del tapiado. De ahí el topónimo Castrum Terracia, que muchos han visto como 'Castillo de Tierra'. Esos documentos dejan constancia de unos muros de 8.148 metros de alto y que estaba coronada por almenas. (José Luis Montoya / ARQUITERRASSA)