Con un ajustado 0-1, gracias al gol de cabeza de Eric Martínez en el minuto 7 en Manlleu, el Terrassa ha cubierto sus tres posibilidades ligueras en el mismo número de jornadas, es decir, una derrota, un empate y un triunfo que matiza, este último, su mal comienzo liguero que si se proyecta vaticina a los de casa, su permanencia, un año más, en el infierno.
Frente a ese solitario gol, el único en tres jornadas, la zaga egarense ha recibido cinco dianas (todas endosadas por el Europa en la fecha inaugural), produciendo un fuerte desbalance entre las actividades defensivas y productivas que le coloca en la mitad de la tabla con 4 puntos, en un grupo como el 5 de la Tercera División, en el que a la fecha todos han puntuado lo que permite a los nuestros estar a tres puntos del colista, pero también a tres del líder y así como el miedo se mantiene en el cuerpo, la esperanza que es lo último que se pierde, está presente.