En Terrassa existen varias empresas que hacen fraude a la Seguridad Social, coaccionando a sus trabajadores y estafando a los clientes, realizando diferentes actividades especialmente en el sector servicios, sin que nadie, pese a que sus fechorías son bastante conocidas, haga nada por impedirlo, principalmente desde la administración.
Ejemplos sobran entre aquellas empresas que nacieron al amparo de la obligatoriedad de asegurar a todas las personas dedicadas a los trabajos domésticos por cuenta ajena.
Cuando se dictó la ley, muchos de estos trabajadores y trabajadoras se fueron a la calle ante la imposibilidad de sus patronos de asumir nuevos costes. El resto, para evitar el trámite engorroso de la inscripción en la Seguridad Social, apeló a cualquiera de las nuevas empresas que ofrecían ese servicio, pasando a ser los patronos de los empleados y empleadas y sus antiguos patronos, clientes de esas empresas.
Poco duró para muchas de esas firmas, la honestidad y así como contrataban a las personas, a los dos días o a la semana, las daban de baja, aunque seguían trabajando bajo amenaza de perder el empleo si lo denunciaban. Los precios a los clientes, eso sí, no bajaron y la precariedad se tornó más extrema, puesto que aparte de continuar sin estar asegurados, los sueldos bajaron en algunos casos a la mitad y desaparecieron al mismo tiempo los derechos a vacaciones, finiquitos y cualquier otro beneficio que pudiera derivarse de la legislación laboral
Así está el patio y no tenemos conocimiento de inspecciones que pongan fin a este conocido procedimiento que incluye, como decimos, fraude a la seguridad social coacción a los trabajadores y engaño a los clientes.
Esto, sin embargo, no es nuevo, ya que en Terrassa existe una empresa de servicios que ofrece vigilantes de seguridad y en no pocas ocasiones utiliza en su lugar auxiliares, cobrando tarifas correspondientes a los primeros. Estas compañías pagan a esos auxiliares como mucho el SMI, mientras que las horas extraordinarias las retribuye en dinero negro (las llaman dietas), eludiendo el pago de las cotizaciones laborales. En este caso, uno de los dos sindicatos mayoritarios, constituido en esa aberración conocida como sindicato de empresa, avala la situación.
Esto ocurre en Terrassa y es de conocimiento público, menos de las entidades fiscalizadoras.
Así es la vida. Así son y así están las cosas.