Al final lo han logrado. Tres concejales del equipo de gobierno conservador de Ballart en Terrassa, que además son tenientes de alcalde, han logrado que el consistorio les permita ejercer "ocasionalmente", sus profesiones u oficios aparte de la que ya ejercen como servidores públicos. Se ve que no les alcanza para las judías.
Hasta aquí todo bien. Pero es que estos caballeros afortunados, no solamente cobrarán por esos trabajitos "ocasionales", sino que seguirán recibiendo íntegros sus disparatados sueldos a cargo del erario municipal, es decir que son unos sueldos por su dedicación exclusiva al servicio de la sociedad que dicen representar, que es la que al final les paga con sus impuestos.
Los salarios de esta gente son, como digo, tan disparatados, que cada vez que alguien los pone en entredicho se le explica que los pobres concejales no dan abasto con sus quehaceres y que dejan en muchos casos de lado hasta su vida privada. Es que, amigos lectores, dentro de mi incipiente senilidad, llegué a creer que los miembros del equipo de gobierno municipal debían utilizar pañales por falta de tiempo para hacer sus necesidades.
Se ve que no, lo que es peligroso, porque de pronto nos tocará ver al concejal de esto o aquello ofreciendo contratos eléctricos puerta por puerta, o a algún sargento o capitán de alcalde vendiendo globos en las ferias de barrio. La necesidad obliga
Así es la vida. Así son y así están las cosas.
Hasta aquí todo bien. Pero es que estos caballeros afortunados, no solamente cobrarán por esos trabajitos "ocasionales", sino que seguirán recibiendo íntegros sus disparatados sueldos a cargo del erario municipal, es decir que son unos sueldos por su dedicación exclusiva al servicio de la sociedad que dicen representar, que es la que al final les paga con sus impuestos.
Los salarios de esta gente son, como digo, tan disparatados, que cada vez que alguien los pone en entredicho se le explica que los pobres concejales no dan abasto con sus quehaceres y que dejan en muchos casos de lado hasta su vida privada. Es que, amigos lectores, dentro de mi incipiente senilidad, llegué a creer que los miembros del equipo de gobierno municipal debían utilizar pañales por falta de tiempo para hacer sus necesidades.
Se ve que no, lo que es peligroso, porque de pronto nos tocará ver al concejal de esto o aquello ofreciendo contratos eléctricos puerta por puerta, o a algún sargento o capitán de alcalde vendiendo globos en las ferias de barrio. La necesidad obliga
Así es la vida. Así son y así están las cosas.