Solo 80 de los 220 mil habitantes de Terrassa, es decir, 4 de cada mil, asistieron ayer a la sesión informativa "Conocer el presupuesto municipal", que presidió en el Centro Cívico President Maciá, el teniente de alcalde de Servicios Generales y Gobierno Abierto, Alfredo Vega.
De acuerdo con una nota el gabinete de prensa municipal, esta sesión ha sido el primer paso del proceso formativo y deliberativo para que toda la ciudadanía tenga la oportunidad de incidir directamente en la toma de decisiones sobre el ciclo económico del próximo año.
Si con 80 personas de casi un cuarto de millón de habitantes, se pretende tan alto y largo alcance, muy mal vamos, y peor aún si se considera que esa participación ciudadana, alta o baja tiene la validez, como ha quedado demostrado anteriormente, que los políticos quieran o, en el peor de los casos, hayan decidido dar con anterioridad.
Siempre está en nuestro recuerdo aquella consulta promovida y cacareada por los medios complacientes en la era Navarro, para que los ciudadanos escogieran entre 10 posibilidades el orden en que debían invertirse 4 millones de euros que aparentemente sobraban de alguna parte en este boyante municipio. Con unas cuatro mil preferencias expresadas a través de una web preterminada, el primer lugar de lejos, fue la construcción en el Parc de Vallparadis, de un skatepark. Todavía los votantes esperan sentados... Y de esto hacen ya bastantes años.
Volviendo al tema central, de un tema no exento de fantasía y ciencia ficción, en la sesión de ayer intervinieron el formador de la Diputación de Barcelona y interventor delegado del Ayuntamiento de Barcelona Rafael Gimeno y el economista Sergi Cutillas, especialista en deuda pública. Tras esta primera sesión, dirigida a toda la ciudadanía, el 28 de octubre habrá otra específicamente para las entidades de la ciudad, y el 2 de noviembre se informará a los Consejos Municipales de Distrito, en el transcurso del acto de constitución de estos organismos.
De acuerdo con una nota el gabinete de prensa municipal, esta sesión ha sido el primer paso del proceso formativo y deliberativo para que toda la ciudadanía tenga la oportunidad de incidir directamente en la toma de decisiones sobre el ciclo económico del próximo año.
Si con 80 personas de casi un cuarto de millón de habitantes, se pretende tan alto y largo alcance, muy mal vamos, y peor aún si se considera que esa participación ciudadana, alta o baja tiene la validez, como ha quedado demostrado anteriormente, que los políticos quieran o, en el peor de los casos, hayan decidido dar con anterioridad.
Siempre está en nuestro recuerdo aquella consulta promovida y cacareada por los medios complacientes en la era Navarro, para que los ciudadanos escogieran entre 10 posibilidades el orden en que debían invertirse 4 millones de euros que aparentemente sobraban de alguna parte en este boyante municipio. Con unas cuatro mil preferencias expresadas a través de una web preterminada, el primer lugar de lejos, fue la construcción en el Parc de Vallparadis, de un skatepark. Todavía los votantes esperan sentados... Y de esto hacen ya bastantes años.
Volviendo al tema central, de un tema no exento de fantasía y ciencia ficción, en la sesión de ayer intervinieron el formador de la Diputación de Barcelona y interventor delegado del Ayuntamiento de Barcelona Rafael Gimeno y el economista Sergi Cutillas, especialista en deuda pública. Tras esta primera sesión, dirigida a toda la ciudadanía, el 28 de octubre habrá otra específicamente para las entidades de la ciudad, y el 2 de noviembre se informará a los Consejos Municipales de Distrito, en el transcurso del acto de constitución de estos organismos.