De esta manera, un punto de la ciudad hartas veces denunciado por la suciedad acumulada a falta de contenedores suficientes -sin olvidar el incivismo propio de una minoría de vecinos que por su actitud y resultados parecieran ser mayoría- ha recibido un buen regalo municipal a manera de un contenedor adicional. Ya la basura no se acumula.
Sin embargo, según se refleja en las imágenes anexas de nuestro colaborador JM Oller, un granito de arena no hace un desierto y es así como en otros puntos como por ejemplo las calles del Pintor Torras, la de Mozart o la Carretera de Olessa, todavía dejan mucho que desear.
Caminando se hacen millas. Y aunque sea poco a poco, el ayuntamiento que tanto tiempo gasta en, cháchara, consignas y autoalabanzas, también ofrece a veces, hechos.
Así es la vida. Así son y así están las cosas.