Esta mañana buscando un producto determinado para que mi mujer hiciera la comida, me fui al Caprabo a comprarlo y al ir a pagarlo, me asombré con su precio, 4,99 euros, pese a que en la estantería, el precio estaba bajo un mismo producto con el doble de peso. En fin, que como hace un mes o así compré un pack de tres briks de tomates fritos y me cobraron el precio marcado aplicándolo a cada unidad, es decir el triple -situación que aclaró luego una supervisora por lo que recuperé el dinero-, reclamé, pero sin éxito, porque ese era el precio del producto. Por la premura me ví obligado a comprarlo.
La cosa es que un par de horas después, en Carrefour, encontré el mismo producto a 2,79 y se me quedó la cara de tonto y me sentí tonto y me avergoncé, pero ya el mal estaba hecho.
A mí me da igual que cada comercio fije sus precios porque para eso estamos los clientes que con el libre albedrío que Dios nos dio, podemos elegir el centro, pero es que diferencias tan enormes, cuando entre Caprabo y Carrefour, Aldi, Lidl o Alcampo la diferencia puede oscilar entre 5 y 50 Cts dependiendo del producto, siempre más caro en el negocio del grupo Eroski, me han hecho replantear si regresar allí algún día.
Es mi elección mientras al menos no solamente comparen sus precios con los de Mercadona porque los de la empresa de Joan Roig tampoco son ninguna maravilla.
Así es la vida. Así son y así están las cosas.
La cosa es que un par de horas después, en Carrefour, encontré el mismo producto a 2,79 y se me quedó la cara de tonto y me sentí tonto y me avergoncé, pero ya el mal estaba hecho.
A mí me da igual que cada comercio fije sus precios porque para eso estamos los clientes que con el libre albedrío que Dios nos dio, podemos elegir el centro, pero es que diferencias tan enormes, cuando entre Caprabo y Carrefour, Aldi, Lidl o Alcampo la diferencia puede oscilar entre 5 y 50 Cts dependiendo del producto, siempre más caro en el negocio del grupo Eroski, me han hecho replantear si regresar allí algún día.
Es mi elección mientras al menos no solamente comparen sus precios con los de Mercadona porque los de la empresa de Joan Roig tampoco son ninguna maravilla.
Así es la vida. Así son y así están las cosas.