Hoy una gentil lectora, me ha enviado una foto del interior de un autobus de la L-4 en la que según me contaba y se ve en la gráfica, había un tubo de esos en los que se aferra la gente cuando van los vehículos llenos, cortado por la mitad, pero unido al techo por unos cables que parecían, me dijo, eléctricos.
Pero eso no era todo. El medio tubo estaba completamente flojo y se movía como el "culo de Juana la Cubana" en lo más entusiasta de su baile.
A este deterioro que es casi normal y que refleja una vergonzosa falta de mantenimiento, se le añadía un fuerte olor a anhídrido carbónico.
¿Quién es el responsable de esto? Sería bueno conocer las medidas que se podrían tomar contra la negligencia evidente. Pero eso, me temo, sería como pedir peras al olmo.
Así es la vida. Así son y así están las cosas.