Actualmente, la carretera C-58 es una de las vías principales de acceso a Barcelona para los vehículos que vienen desde el Vallès Occidental y el Bages. Presenta unas intensidades que varían entre los 83.000 vehículos al día a la altura de Sant Quirze del Vallés y los 165.000 a la altura de Badia del Vallés. En las horas punta hay tramos, que corresponden a las zonas de influencia de los enlaces, donde la intensidad de tráfico hace que la vía se congestione con facilidad. Para dar solución a esta situación, el Departamento de TES ha elaborado un plan consistente en tres actuaciones que aumentarán la capacidad de la carretera y ayudarán a mejorar la fluidez del tráfico.
Actuaciones en la calzada sentido Barcelona
En la calzada sentido Barcelona se llevarán a cabo dos actuaciones. Una será la ampliación a tres carriles del tronco central a partir del enlace Terrassa este Polígonos hasta conectar con Sabadell Centre, entre los puntos kilométricos 12,6 y el 17, por un importe previsto de 12,5 millones. Esta obra permitirá incrementar la capacidad de este tramo de vía de 4,4 kilómetros, que diariamente soporta 57.000 vehículos de media.
La otra obra será la construcción de dos carriles de trenzado de 1,8 kilómetros, a partir del nudo de San Pablo, para facilitar la incorporación a la AP-7 y la B-30. Este tramo de vía tiene una intensidad media de tráfico de 81.000 vehículos en sentido Barcelona, de los que 20.000 se desvían hacia la AP-7. La actuación tiene un coste previsto de 7 millones.
Mejoras en el acceso a los polígonos
En la calzada sentido Manresa, se ha previsto una actuación que permitirá mejorar el acceso a los polígonos de Can Parellada, Santa Margarita, Terrassa Este y la carretera BP-1503 en Las Fonts y Rubí, y mejorar la fluidez en el tronco de la C -58 en sentido norte.
Se prevé la construcción de una nueva calzada lateral de dos carriles entre los enlaces de Sant Quirze y Terrassa Este Polígonos. De este modo, los 48.000 vehículos diarios de media que circulan por este punto en sentido Manresa, 22.000 ya se podrán incorporar directamente a la calzada lateral dejando el tronco de la autopista más libre por los 26.000 vehículos que continúan su recorrido hacia Terrassa centro, Viladecavalls y Manresa. La actuación tiene un coste previsto de 15,7 millones.