Desde el traslado de los juzgados de la Rambla d'Ègara al actual emplazamiento del final de la Rambleta del Pare Alegre, la antigua sede judicial se halla cerrada y afectada su fachada por un deterioro evidente. Siete años han transcurrido desde dicho traslado y poco se ha hecho por intentar dar vida a un edificio que podría ser un dinamizador de la parte alta de la Rambla. Ubicado junto al Centro Cultural, guarda con él cierta similitud arquitectónica. Para alguien que desconociera su historia podría pasar por un anexo del mismo. Y de hecho podría serlo si alguien se preocupara por darle un uso cultural.
En el año 2013 la Generalitat de Catalunya, propietaria del inmueble, solicitó al Ayuntamiento de Terrassa un plan especial que permitiera ampliar los usos del edificio, pues hasta ese momento se restringían exclusivamente a funciones administrativas. Se pretendía así dar salida a propuestas que volvieran a dar vida para la ciudad a tan céntrico edificio. Sin embargo, tres años después el edificio sigue cerrado a cal y canto y lleno de desconchones en su fachada lateral, dando una pésima imagen y, peor aún, contribuyendo a incrementar el número de inmuebles que, por falta de uso, siguen deteriorándose ante la mirada impotente de los ciudadanos.
¿Tanto cuesta encontrar soluciones?¿Faltan ideas?¿Faltan necesidades en la ciudad para llenar ese edificio? Lo dudo. Una vez más, me inclino a pensar que es la incapacidad y la falta de visión de nuestros gestores políticos lo que impide que esas soluciones aparezcan. (José Luis Montoya / ARQUITERRASSA)
En el año 2013 la Generalitat de Catalunya, propietaria del inmueble, solicitó al Ayuntamiento de Terrassa un plan especial que permitiera ampliar los usos del edificio, pues hasta ese momento se restringían exclusivamente a funciones administrativas. Se pretendía así dar salida a propuestas que volvieran a dar vida para la ciudad a tan céntrico edificio. Sin embargo, tres años después el edificio sigue cerrado a cal y canto y lleno de desconchones en su fachada lateral, dando una pésima imagen y, peor aún, contribuyendo a incrementar el número de inmuebles que, por falta de uso, siguen deteriorándose ante la mirada impotente de los ciudadanos.
¿Tanto cuesta encontrar soluciones?¿Faltan ideas?¿Faltan necesidades en la ciudad para llenar ese edificio? Lo dudo. Una vez más, me inclino a pensar que es la incapacidad y la falta de visión de nuestros gestores políticos lo que impide que esas soluciones aparezcan. (José Luis Montoya / ARQUITERRASSA)