Durante la mañana un tibio y tímido sol, acompañó a los paseantes que querían demostrar su romanticismo comprando una rosa para su amada, y su cultura con un libro para su amada o amado. En fin, que los comerciantes de libros y flores, disfrutaban del día señalado por el calendario para paliar la flojedad de sus contabilidades, cuando las nubes se cerraron y San Isidro Labrador, celoso quizás de la popularidad de un mito, dejó caer toda su artillería líquida con el apreciable apoyo del dios Thor, encarnado en el cine para disfrute de las damas, por Chris Hemsworth, que la aderezó con descargas de rayos y truenos.
Así es el clima. Pese a estar previstas sus incursiones, siempre vienen en mal momento. No fue suficiente, en todo caso, para fastidiar toda la jornada.
Así es la vida. Así son y así están las cosas.
