Miguel Ricart, el único detenido por el caso del monstruoso asesinato de Miriam, Toñi y Desirée, las chicas de Alcácer, ha llegado esta tarde, en el más puro e inmerecido disfrute de su libertad, a Barcelona. Ha llegado bajo la misma protección policial de la que carecieron las niñas mártires, cruelmente torturadas durante días hasta que por dolor y hemorragias fueron salvadas de la barbarie por la propia muerte.
Llegó en autobús a la Estació del Nord de la ciudad condal, procedente de Córdoba y, reconocido en el camino, fue justamente insultado.
El hombre que según declaró un testigo venía en compañía de un sacerdote que quizás quiera convercerle que también para alimañas como él están abiertas las puertas del Reino de los Cielos y al menos de un policía, fue escoltado por la AP-7, como si de un gran hombre se tratara, por patrullas de los Mossos d'Esquadra.
Ricart se ha beneficiado de la falta de inteligencia inherente a los políticos hispanos, la payasada que conforma el Poder Judicial y la falta de sensibilidad del Tribunal de Estrasburgo al que la negligencia y la improvisación no dejaron más alternativa.
¿Dónde vivirá el monstruo?
No se sabe. Se dice que quizás elija como residencia un país extranjero... O, en el peor de los casos, alguna ciudad catalana... ¿La nuestra? ¿Cerca de nuestro hogar?.
Es cierto que el hombre ha cumplido la sentencia oficial, pero la monstruosidad que compartió con los hermanos Anglès, no se olvidará jamás.
Llegó en autobús a la Estació del Nord de la ciudad condal, procedente de Córdoba y, reconocido en el camino, fue justamente insultado.
El hombre que según declaró un testigo venía en compañía de un sacerdote que quizás quiera convercerle que también para alimañas como él están abiertas las puertas del Reino de los Cielos y al menos de un policía, fue escoltado por la AP-7, como si de un gran hombre se tratara, por patrullas de los Mossos d'Esquadra.
Ricart se ha beneficiado de la falta de inteligencia inherente a los políticos hispanos, la payasada que conforma el Poder Judicial y la falta de sensibilidad del Tribunal de Estrasburgo al que la negligencia y la improvisación no dejaron más alternativa.
¿Dónde vivirá el monstruo?
No se sabe. Se dice que quizás elija como residencia un país extranjero... O, en el peor de los casos, alguna ciudad catalana... ¿La nuestra? ¿Cerca de nuestro hogar?.
Es cierto que el hombre ha cumplido la sentencia oficial, pero la monstruosidad que compartió con los hermanos Anglès, no se olvidará jamás.