En Terrassa, ciudad pionera en esto, aquello, lo de más allá y lo de más aquí, en lo más cotidiano, aparte de ofrecer unos huecos tipo cráteres en las calles, suciedad ruborizante en los barrios y carencias en los deberes de la acción municipal básica, la imagen de los autobuses del transporte público averiados, han comenzado a formar parte de una escena local costumbrista que haría las delicias del mismísimo Mariano José de Larra.
Lo triste, o lo hermoso, porque todo tiene su lado positivo, es que en esta ciudad teóricamente pionera, al problema del transporte que requiere de soluciones urgentes, se le pone un parche con cuatro unidades que presuntamente fueron adquiridas en algún museo arqueológico.
Foto Andrea S. Gómez / Terrassa en la Mira