La cosa es que los arácnidos, así como las cucarachas que se adueñan del barrio de Can Roca son más antiguos que la propia democracia y como nos contaba un vecino, nadie sabe por qué de golpe y porrazo se han puesto de moda.
A estos animales, nos decía una vecina, no los saca nadie porque su habitat no son las casas, sino las zona boscosa cercana y si se acercan es porque lo han hecho siempre.
Otro, un chaval, nos dijo airado que este problema no es culpa del alcalde y que no se le deben pedir explicaciones como están demandando algunos, a lo que otro respondió que él es la cabeza visible de la ciudad y responsable de todo. Opiniones personales.
La único cierto es que los arácnidos y las Blattellas germanicas (cucarachas alemanas o rubias o chiripas), ni se han ido, ni se irán y que cada cierto tiempo, cuando haga falta, volverán a ser tema de conversación y de denuncia.