Un sujeto que por su comportamiento encaja perfectamente en el calificativo de "chulito e'barrio", obligó el pasado domingo a moivilizar a la policía de Terrassa por negarse a acatar la norma de la piscina de Vallparadis que no permite comer en los alrededores de la piscina.
Todo por unos helados
Pese a la prohibición de comer cerca de la piscina, que para eso están los merenderos, que todo el mundo respeta sin mayores problemas, según han contado a Terrassa en la Mira testigos del hecho, el hombre en cuestión, que estaba acompañado por su familia, adquirió unos helados para comerlos en la hierba, y pese a que fue apercibido respetuosamente por el personal de la instalación, se puso "chulo" y se negó a obedecer las normas mínimas de connvivencia que marcan el buen uso del Llac.
Finalmente como el individuo que posiblemente se sentía el dueño del lugar por haber pagado la entrada, obligó al personal a llamar a la policía que no tuvo más remedio, nos cuentan, que hacerle salir del lugar para que el resto de la gente pudiera seguir disfrutando de un tranquilo día de sol, ejercicio y agua, aunque con una anécdota añadida, producto del incivismo más absurdo.
Todo por unos helados
Pese a la prohibición de comer cerca de la piscina, que para eso están los merenderos, que todo el mundo respeta sin mayores problemas, según han contado a Terrassa en la Mira testigos del hecho, el hombre en cuestión, que estaba acompañado por su familia, adquirió unos helados para comerlos en la hierba, y pese a que fue apercibido respetuosamente por el personal de la instalación, se puso "chulo" y se negó a obedecer las normas mínimas de connvivencia que marcan el buen uso del Llac.
Finalmente como el individuo que posiblemente se sentía el dueño del lugar por haber pagado la entrada, obligó al personal a llamar a la policía que no tuvo más remedio, nos cuentan, que hacerle salir del lugar para que el resto de la gente pudiera seguir disfrutando de un tranquilo día de sol, ejercicio y agua, aunque con una anécdota añadida, producto del incivismo más absurdo.