Como una demostración más del desprecio que la casta de afortunados políticos siente por los enfermos, la Generalitat de Catalunya en la que ningún Honorable ha dejado de cobrar ni de recibir puntualmente sus beneficios de escándalo, no ha pagado a las farmacias las recetas correspondientes al mes de diciembre que asciende a 112 millomes de euros, totalizando dos meses de deuda con los 108 millones que el CatSalut arrastra desde noviembre.
Si los farmacéuticos en un acto de justicia decidieran paralizar la dispensación de medicinas, seguramente los políticos les tratarían de todo, menos de guapos, solapando su responsabilidad en este desastre en el que han convertido a la Generalitat.
Para demostrar que la palabra de un político vale tanto o menos que la de un loro, la administración catalana se había comprometido por escrito en un plan de pagos que ha incumplido absolutamente.
Tal vez si se dejaran de desviar fondos a otros menesteres, esta gentecilla lograría pagar las deudas que en este caso vienen derivadas de la salud de los catalanes.
Y ojo. Que las farmacias no son bancos para financiar, como lo hacen, a quienes no tienen ni pijotera idea de lo que es la administración de fondos públicos.
Si los farmacéuticos en un acto de justicia decidieran paralizar la dispensación de medicinas, seguramente los políticos les tratarían de todo, menos de guapos, solapando su responsabilidad en este desastre en el que han convertido a la Generalitat.
Para demostrar que la palabra de un político vale tanto o menos que la de un loro, la administración catalana se había comprometido por escrito en un plan de pagos que ha incumplido absolutamente.
Tal vez si se dejaran de desviar fondos a otros menesteres, esta gentecilla lograría pagar las deudas que en este caso vienen derivadas de la salud de los catalanes.
Y ojo. Que las farmacias no son bancos para financiar, como lo hacen, a quienes no tienen ni pijotera idea de lo que es la administración de fondos públicos.