Cuando pensábamos que a través de la destrucción de sus vestigios ya no quedaban en Terrassa recuerdos tangibles del franquismo, la mañana de este viernes hemos descubierto uno de los carteles que anunciaban que la mayoría de viviendas sociales de la ciudad son obra de la dictadura.
Ha sido un hallazgo extraño, porque a nuestros políticos no les ha gustado nunca que una tenebrosa dictadura dejara ejemplos de sus obras e incapaces de superarlas, decidieron al estilo talibán, destruir sus símbolos.
Pero ni España dejó de serlo con el advenimiento del fascismo, ni nació con la recuperación de esta caricatura de democracia, por lo que aquellos que se buscan -y muy bien- la vida en la cosa pública, en lugar de intentar superar algunos de los logros del antiguo régimen, como lo es por ejemplo la construcción de viviendas sociales, optaron por eliminar cartelitos del Instituto Nacional de la Vivienda y reemplazarlos por los de ahora... ¡Y santo remedio!
Pero siempre quedan aquellos restos que indican que en España, por mucho que lo quieran ocultar, hubo una dictadura que duró cuarenta años y que forma parte de su historia, de su involución, así como también de su evolución. Quizás por eso hoy hemos descubierto uno.
No se borra el recuerdo de una historia, destruyendo lo logrado en ese lapso, sino haciendo más y mejor.
Ha sido un hallazgo extraño, porque a nuestros políticos no les ha gustado nunca que una tenebrosa dictadura dejara ejemplos de sus obras e incapaces de superarlas, decidieron al estilo talibán, destruir sus símbolos.
Pero ni España dejó de serlo con el advenimiento del fascismo, ni nació con la recuperación de esta caricatura de democracia, por lo que aquellos que se buscan -y muy bien- la vida en la cosa pública, en lugar de intentar superar algunos de los logros del antiguo régimen, como lo es por ejemplo la construcción de viviendas sociales, optaron por eliminar cartelitos del Instituto Nacional de la Vivienda y reemplazarlos por los de ahora... ¡Y santo remedio!
Pero siempre quedan aquellos restos que indican que en España, por mucho que lo quieran ocultar, hubo una dictadura que duró cuarenta años y que forma parte de su historia, de su involución, así como también de su evolución. Quizás por eso hoy hemos descubierto uno.
No se borra el recuerdo de una historia, destruyendo lo logrado en ese lapso, sino haciendo más y mejor.