Foto Ange Expósito |
¡Y ya está! No hay culpables, ni mucho menos contrición. Simplemente mala fortuna... Un hecho accidental. Y es que lo que parece que si se comenzara a hurgar, al final, como tanto les gusta a los socialistas de salón pedir a los demás partidos, se pedirían responsabilidades políticas al concejal responsable que debería irse al paro y los sueldos parecen ser muy apetecibles como para que esto se pueda permitir.
Sin embargo, volviendo a lo del hecho accidental, esta es una excusa que en nuestra ciudad no se puede aplicar a unos autobuses que presentan serias deficiencias de mantenimiento. Sin ir más lejos, este viernes, debido a que a uno de la Línea 3 se le averiaron los frenos, resultó una mujer herida, al proteger a su hijo al que iba a embestir un turismo alcanzado por detrás por el coche de transporte.
Hoy, por ejemplo, los pasajeros de un autobús de la L-4 debían acceder por las puertas de salida por estar dañana la de entrada. No es grave, ¡No! Pero es una demostración más de la falta de mantenimiento.
Lo triste del caso es que esperamos nuevas unidades desde el año 2015... Diez decían que iban a llegar. En ese caso, aquellos que juegan a políticos llamándose de izquierdas, pero que se dedican a zancadillear lo que sea por lo que sea, impidieron su adquisición. En 2016 se decidió comprar quince vehículos para reemplazar a las peores de las 65 antiguallas con que cuenta la empresa que gestiona el transporte público. Tres deben llegar durante esta estación...
¡Tres! Mientras que la birria seguirá circulando y la tomadura de pelo respondiendo a sus defectos.
Así es la vida. Así son y así están las cosas.
Foto Terrassa en la Mira |