Así las cosas, mientras la basura campea por doquier en una labor conjunta entre los incívicos y la mala gestión de la limpieza, los huecos siguen en las calles, los autobuses se siguen averiando, resulta que ahora quienes tenemos perros deberemos acostumbrarlos a mear en casa porque de pronto sin aviso, sin protesto, ni menos anestesia, nuestros iluminadas autoridades han descubierto que esta mascota que nos acompaña desde hace unos 18 mil años, es el responsable de la muerte de árboles y la destrucción del mobiliaro urbano... Puede que produzcan algún daño, pero hay cosas peores... Como ocuparse de la orina de los canes existiendo tantos problemas sin solución.
Esta es la nota distribuida por el consistorio que de alguna manera aprieta las tuercas imaginarias en un cerco contra los perros iniciado hace meses por personal al que le molestan los chuchos:
A partir de mañana sábado, 8 de julio, el Ayuntamiento de Terrassa pone en marcha una campaña de sensibilización con el objetivo de minimizar el impacto de los orines de las mascotas en las calles. El Consistorio explica los efectos que generan los orines, fundamentalmente de los perros, a los elementos del mobiliario urbano. Esta campaña se desplegará en los medios de comunicación, a las clínicas veterinarias, los establecimientos de productos para animales y al mismo espacio público.
Mediante carteles y folletos, los materiales de la campaña presentan la serie de desperfectos que la orina animal provoca, sobre todo, en las farolas, señales de tráfico, árboles o papeleras, pero también en las fachadas de los edificios. La campaña informa del coste de todos estos elementos y de cómo las micciones de los perros reducen considerablemente su vida útil. Por ejemplo, se explica como los orines reiterados pueden acabar en cinco años con la vida de un árbol, que habría podido durar un siglo, o como reduce a un tercio la vida útil de una señal de tráfico, que cuesta 150 euros , o de una papelera, que tiene un coste de 250 euros.
Entre los consejos que se da a las personas propietarias de mascotas para fomentar su responsabilidad y favorecer una buena convivencia, se recomienda llevar al perro por la banda de la calzada cuando vaya por la acera, para evitar que orine en las fachadas . Igualmente, se propone a los propietarios que enseñen a sus mascotas a orinar a las alcantarillas, o bien que se lleve una botella de agua para echar a los lugares donde la mascota haya orinado.
Implicación de todos
Los diversos materiales gráficos se difundirán en los medios de comunicación, pero también se ha implicado a los establecimientos de productos para animales, concretamente, un centenar de comercios y clínicas veterinarias. Además, la ciudadanía se podrá descargar de la web municipal un cartel de advertencia, diseñado para que los propietarios de inmuebles donde se produce este problema lo puedan imprimir y colgar en su fachada, con el lema "Pipino de perro NO!" .
Igualmente, se recuerda a los usuarios de perros que en la ciudad hay ocho zonas de libre circulación de perros, que ponen a disposición de los y las terrassenses y sus mascotas con un total de 20.000 metros cuadrados con esta función. Casi el 83% de la población de Terrassa tiene una de estas zonas a menos de 15 minutos de su casa. El objetivo municipal es ir habilitando otros espacios progresivamente, de modo que al final toda la ciudadanía tenga una a menos de un kilómetro.
Al final, para que desparezca un bosque no sería suficiente el meado de todos los perros de Terrassa, pero basta con que venga un concejal y lo mande a talar. ¿O me equivoco?
Así es la vida. Así son y así están las cosas.