Cuando todavía no se conocen los móviles, si es que los hubo, que movieron a una señora mayor, aunque no tanto como para llamarla vieja, a darle un bofetón al primer secretario del PSC, el ex alcalde de Terrassa Pere Navarro a las puertas de la catedral local, uno más, en este caso el ministro del Interior, Jorge Fernández, da al hecho un cariz político y lo ha atribuído en declaraciones a la prensa este sábado en Sabadell a la división que se vive en Catalunya derivada del proceso soberanista.
Ni siquiera se sabe a ciencia cierta quién fue la autora del puñetazo a Navarro, pero inmediatamente se le atribuyó desde los partidos y medios no independentistas, un caracter de agresividad soberanista. Por el contrario, partiendo de la misma base, los medios y partidos próximos al proceso soberanista, han negado rotundamente esta posibilidad. No tienen razón ni los unos ni los otros y no la tendrán mientras no se identifique a esta dama y las motivaciones que tuvo para atacar al político socialista.
Fernández quien fue víctima a mediados de mes de una agresión, señaló que que se pone a los ciudadanos que quieren mantener su condición de españoles a elegir entre abandonar Catalunya o ser extranjeros en ella, lo que "produce un desgarro emocional tremendo, produce división" y va contra la realidad social de Catalunya, según ha dicho.
Nadie habla de la señora con problemas psíquicos que de vez en cuando golpea a alguien
En toda esta polémica acrecentada por los intereses derivados de las elecciones del próximo día 25 de este mes, pareciera que la existencia cierta de una dama de unos cincuenta años, alta y corpulenta que sin venir a cuenta, de vez en cuando golpea e insulta a cualquier hijo de vecino, con el atenuante de que no carbura bien, es una realidad inconveniente, aunque algunos testigos han señalado a Terrassa en la Mira que la agresora fue esa mujer.
Sin tener los medios suficientes para asegurar que sea la misma, como tampoco los tienen quienes dan o quitan el caracter político a la agresión, en su momento recordamos que una señora que reside en la zona céntrica de la ciudad y es bastante conocida, golpeó a un peatón, B.G.G., de 60 años y casualmente también le gritó "Hijo de Puta".
Sin embargo, como B.G.G. es un ciudadano honesto,trabajador y sin filiación política conocida, aquello pasó desapercibido.
Ni siquiera se sabe a ciencia cierta quién fue la autora del puñetazo a Navarro, pero inmediatamente se le atribuyó desde los partidos y medios no independentistas, un caracter de agresividad soberanista. Por el contrario, partiendo de la misma base, los medios y partidos próximos al proceso soberanista, han negado rotundamente esta posibilidad. No tienen razón ni los unos ni los otros y no la tendrán mientras no se identifique a esta dama y las motivaciones que tuvo para atacar al político socialista.
Fernández quien fue víctima a mediados de mes de una agresión, señaló que que se pone a los ciudadanos que quieren mantener su condición de españoles a elegir entre abandonar Catalunya o ser extranjeros en ella, lo que "produce un desgarro emocional tremendo, produce división" y va contra la realidad social de Catalunya, según ha dicho.
Nadie habla de la señora con problemas psíquicos que de vez en cuando golpea a alguien
En toda esta polémica acrecentada por los intereses derivados de las elecciones del próximo día 25 de este mes, pareciera que la existencia cierta de una dama de unos cincuenta años, alta y corpulenta que sin venir a cuenta, de vez en cuando golpea e insulta a cualquier hijo de vecino, con el atenuante de que no carbura bien, es una realidad inconveniente, aunque algunos testigos han señalado a Terrassa en la Mira que la agresora fue esa mujer.
Sin tener los medios suficientes para asegurar que sea la misma, como tampoco los tienen quienes dan o quitan el caracter político a la agresión, en su momento recordamos que una señora que reside en la zona céntrica de la ciudad y es bastante conocida, golpeó a un peatón, B.G.G., de 60 años y casualmente también le gritó "Hijo de Puta".
Sin embargo, como B.G.G. es un ciudadano honesto,trabajador y sin filiación política conocida, aquello pasó desapercibido.