Una bofetada a un ciudadano de a pie se salda con una indemnización de 25 euros, pero el valor de los políticos es muy superior, por lo que hasta el momento, una bofetada propinada por una mujer mayor al primer secretario del PSC y ex alcalde de Terrassa, Pere Navarro, ha significado un gasto enorme en litros de tinta y saliva de locutores, es decir, que el valor en promoción ha sido incalculable.
Luego dicen que todos los ciudadanos -menos el sucesor de Franco- somos iguales ante la ley.
La cosa es que parece ser que la presunta agresora de Pere Navarro -que dice que no lo agredió-, aparte de ser una dama de pro, es suegra del primer teniente de alcalde del ayuntamiento Sant Cugat, Carles Brugarolas, que milita en la derecha nacionalista catalana, pero, y con justísima razón, esto no es un motivo para vincular al político conservador con los hechos ocurridos en la catedral de Terrassa. De esta forma, el consistorio de esa localidad no solamente desvincula de los mismos a la institución, sino al propio Brugarolas.
Obviamente, en su comunicado, el ayuntamiento ha hecho dos guiños al afectado al sostener que "queremos mostrar nuestro apoyo a todas las personas que desde la acción política prestan sus servicios" para luego añadir que lamentan los hechos y rechazan cualquier episodio que vaya en contra del respeto, el diálogo y el entendimiento entre las personas.
En todo caso, el caso -y valga la redundancia- sigue su camino destacando ese toque tan pintoresco de nuestra política y políticos.
Luego dicen que todos los ciudadanos -menos el sucesor de Franco- somos iguales ante la ley.
La cosa es que parece ser que la presunta agresora de Pere Navarro -que dice que no lo agredió-, aparte de ser una dama de pro, es suegra del primer teniente de alcalde del ayuntamiento Sant Cugat, Carles Brugarolas, que milita en la derecha nacionalista catalana, pero, y con justísima razón, esto no es un motivo para vincular al político conservador con los hechos ocurridos en la catedral de Terrassa. De esta forma, el consistorio de esa localidad no solamente desvincula de los mismos a la institución, sino al propio Brugarolas.
Obviamente, en su comunicado, el ayuntamiento ha hecho dos guiños al afectado al sostener que "queremos mostrar nuestro apoyo a todas las personas que desde la acción política prestan sus servicios" para luego añadir que lamentan los hechos y rechazan cualquier episodio que vaya en contra del respeto, el diálogo y el entendimiento entre las personas.
En todo caso, el caso -y valga la redundancia- sigue su camino destacando ese toque tan pintoresco de nuestra política y políticos.