Cuando el viejo Casimiro hace su incursión casual aunque bastante seguida en nuestro blog, el número de visitas aumenta en proporción inversa a lo que sucede cuando los políticos son los protagonistas de alguna nota. Sin embargo, desde ayer en la tarde el post "¿Es ético pagar el valor de un litro de gasolina para viajar en autobús?, no solo ha roto records, sino moldes, porque incluso en nuestra cuenta en castellano de FB, el alcance supera el número de seguidores, aunque cierto es que no sabemos gestionar, ni tenemos dinero para hacerlo, las redes sociales, aunque en twitter sin necesidad de buscarlos, diariamente se suman más y más tuiteros a la lista de seguidores.
No tenemos medios, ni personal y tampoco publicidad. Somos un blog con espíritu y personalidad propia. Atrevido, veraz, interpretativo. Se nos ignora desde ciertos estamentos porque no somos complacientes o simplemente porque destacar los puntos negros en un lugar en que la libertad de expresión está condicionada por el amiguismo, el poder y la publicidad, es molesto. Contamos por decenas de miles el número de lectores mensuales, pero una vez alcanzado el millón hace poco, ya no nos preocupa decir que somos los más leídos porque lo sabemos, sino nuestra expresión particular y su sentido general.
Consejas y consejos del viejo Casimiro
Ricardo Salvador.- Consejas y consejos del viejo Casimiro nació como crónica semanal en Venezuela en 1982. Fue producto de la necesidad de no apartarme del periodismo, mientras ejercía como Administrador General y Gerente de Recursos Humanos de una enorme empresa italiana en las áreas petroleras de Meneven en el estado Anzoátegui y siderúrgicas en el Estado Bolívar de aquel país.
Al poco tiempo, las crónicas fueron diarias y diez los periódicos que las publicaban. Muchos políticos no solamente hacían colas y ofrecían dinero para protagonizar alguno de los artículos que ilustraba la presencia de "Cirilo del Perpetuo Socorro", un simpático fantasma que alegorizaba gráficamente a la clase política. Algunos, nos ofrecían incluso sus secretos mejor guardados para que los publicáramos e iniciar una polémica que les proporcionara promoción.
¡Qué libertad de la que disfrutaba! Una libertad que se resquebrajó cuando en esta España "libre y democrática", me enfrenté a la censura soterrada, solapada entre palabras revolucionarias y progresistas. Lo sentí a través de mis comentarios en la sección "Así es la vida" que cerraba los informativos matutinos en la desaparecida Antena3 Radio y lo sentí desde sus primeras apariciones impresas, por los retoques o las censuras totales...
Cuando de manera despectiva se me comenzó a llamar desde la casta política "el argentino" por el acento adquirido durante mi larga estancia en tierras latinas, pensé... ¡Cómo quisiera tener yo la calidad, el valor, el arrojo y la dignidad de un comunicador argentino... solo comparable a los de los franceses! y guardé, pensaba que para siempre, a mi viejo Casimiro.
Hasta que en Terrassa en la Mira lo hemos desempolvado y aquí está, dando guerra y fastidiando como en sus mejores años y si a eso le añadimos que como institucionalmente no existimos, el anciano sigue en sus trece, solemnizando rabias, humedeciendo culos y silenciando pareceres.
No tenemos medios, ni personal y tampoco publicidad. Somos un blog con espíritu y personalidad propia. Atrevido, veraz, interpretativo. Se nos ignora desde ciertos estamentos porque no somos complacientes o simplemente porque destacar los puntos negros en un lugar en que la libertad de expresión está condicionada por el amiguismo, el poder y la publicidad, es molesto. Contamos por decenas de miles el número de lectores mensuales, pero una vez alcanzado el millón hace poco, ya no nos preocupa decir que somos los más leídos porque lo sabemos, sino nuestra expresión particular y su sentido general.
Consejas y consejos del viejo Casimiro
Ricardo Salvador.- Consejas y consejos del viejo Casimiro nació como crónica semanal en Venezuela en 1982. Fue producto de la necesidad de no apartarme del periodismo, mientras ejercía como Administrador General y Gerente de Recursos Humanos de una enorme empresa italiana en las áreas petroleras de Meneven en el estado Anzoátegui y siderúrgicas en el Estado Bolívar de aquel país.
Al poco tiempo, las crónicas fueron diarias y diez los periódicos que las publicaban. Muchos políticos no solamente hacían colas y ofrecían dinero para protagonizar alguno de los artículos que ilustraba la presencia de "Cirilo del Perpetuo Socorro", un simpático fantasma que alegorizaba gráficamente a la clase política. Algunos, nos ofrecían incluso sus secretos mejor guardados para que los publicáramos e iniciar una polémica que les proporcionara promoción.
¡Qué libertad de la que disfrutaba! Una libertad que se resquebrajó cuando en esta España "libre y democrática", me enfrenté a la censura soterrada, solapada entre palabras revolucionarias y progresistas. Lo sentí a través de mis comentarios en la sección "Así es la vida" que cerraba los informativos matutinos en la desaparecida Antena3 Radio y lo sentí desde sus primeras apariciones impresas, por los retoques o las censuras totales...
Cuando de manera despectiva se me comenzó a llamar desde la casta política "el argentino" por el acento adquirido durante mi larga estancia en tierras latinas, pensé... ¡Cómo quisiera tener yo la calidad, el valor, el arrojo y la dignidad de un comunicador argentino... solo comparable a los de los franceses! y guardé, pensaba que para siempre, a mi viejo Casimiro.
Hasta que en Terrassa en la Mira lo hemos desempolvado y aquí está, dando guerra y fastidiando como en sus mejores años y si a eso le añadimos que como institucionalmente no existimos, el anciano sigue en sus trece, solemnizando rabias, humedeciendo culos y silenciando pareceres.