Terrassa llega a finales de agosto con nubes, fresco y lluvias

Un día más, gris, más que gris oscuro y con lluvias que sin ser intensas molestan e impiden que este peculiar verano sea un período de relax. Ni siquiera las piscinas de la ciudad han sido del todo útiles, en esta confusión climática de verano con otoño, o tal vez con primavera.

Se anuncian tormentas que no llegan. Se activan alertas que solo quedan en el nombre. Pero lo cierto es que este verano está siendo atípico tanto en Terrassa como en todo el Mediterráneo.

En todo caso el clima es lo ùnico verdaderamente socialista que queda en este país, porque es igual para todos. Tanto para los que se han quedado en la ciudad por falta de medios o para los que teniéndolos escasos, van a casas de familiares en el pueblo o para los que teniéndolo mucho, como los políticos, se han ido a alguna playa mediterránea y se han encontrado igual que el indigente, con nubes, lluvia y tiempo fresco. Aunque la diferencia entre los primeros y los últimos es que mientras unos se conforman con vivir, los últimos se buscan (y tienen con qué) la vida.