Los perros se afectan por contacto directo con los pelos –son como dardos, aguijones que contienen cápsulas de veneno-, no mediante una picadura –creencia generalizada- estos necesitan clavarse sobre la piel limpia (sin pelos) para liberar el veneno.
La zona generalmente más afectada en los perros es la boca, sobre todo la lengua, porque suelen lamer las orugas, puede darse también el caso que se la llegue a tragar, con lo cual la zona afectada es mas amplia, laringe, faringe e incluso el estómago y el daño mayor, también puede ocurrir que los pelillos se claven en los ojos o fosas nasales –si son arrastrados por el viento- entre las almohadillas, con lo que la reacción se puede dar en varios sitios, debemos estar vigilantes.
Si nuestro perro se ve afectado por el contacto con una oruga procesionaria, primero aplicaremos curas caseras, lavado con agua caliente, limón o vinagre, para, inmediatamente, acudir al veterinario para que inicie el tratamiento necesario para su pronta recuperación. El tratamiento generalmente estará compuesto de aplicaciones de pomadas o soluciones con corticoides y antihistamínicos localmente y por inyección. Vigilancia, auscultación y tratamiento local de la lengua para eliminar los restos necróticos y el dolor lo más rápido posible. Se puede producir la perdida de porciones de la lengua, pero no debemos preocuparnos, nuestro perro, pronto aprenderá a sobrevivir sin esa parte de la lengua, realizando a continuación una vida normal, tanto en la comida como en la bebida.
Muchos ayuntamientos españoles suelen fumigar las zonas de pinos urbanas cuando estas enemigas se encuentran en estado larvario, dando un hermoso aspecto a estos árboles. Sin embargo, por lo visto, el de Terrassa no es de los que tengan esta preocupación.