Para ello, presuntamente son capaces de pactar con Dios y/o con el diablo... con Stalin y/o con Mussolini... con Terrassa en Comú y/o con la PxC. Aunque de momento los rumores que aumentan sospechosamente es que al Eje anti Ballart se habría integrado Podemos a través de su sucursal local, Terrassa en Comú... Nacionalistas e internacionalistas... defensores del soberanismo con los del integracionismo. Todo, aunque sea forzoso, pese a que se pueda constituir en una gran farse de cara al elector.
En este maquiavélico contubernio quedarían destrozados los más básicos conceptos ideológicos o presuntamente independentistas. De ser cierto -y no tenemos por qué dudar de nuestros informantes- se estaría gestando un equipo de gobierno basado en intereses que nada tienen que ver con los de los vecinos y sí con los partidistas.
Como están las cosas, al alcalde Ballart le quedan pocos días para movilizar a ese enorme conglomerado que le apoya, pero que ha caído en la apatía que caracteriza a una población cansada de los entuertos de una política que les resulta cada vez más ajena.
Terrassa decide el domingo su futuro como ciudad, no el de unos pocos que podrían encajando a la fuerza las piezas de diferentes puzzles, romper la tendencia que parece mayoritaria y que aparentemente favorece al joven dirigente socialista.
Así es la vida. así son y así están las cosas.