Sin embargo, yo dormiría más tranquilo si esa auditoría la hicieran los profesionales de alguna empresa especializada externa, porque de lo contrario lo que hará esa buena gente, será asistir a una serie de explicaciones –sin juzgar el contenido- que pueden ser correctas o no, como todo en este vida.
Esto es como cuando de joven,en el crédito de Medicina Legal de la Escuela de Periodismo califiqué como de “muy bonito” durante una autopsia, el higado de un pobre hombre porque estaba rosadito tirando a rojo. El finado había pasado a mejor vida víctima de una cirrosis hepática...
Casa cosa tiene sus especialistas... Como se suele decir, “Zapatero a tus zapatos”.
Así es la vida. Así son y así están las cosas.