Ayer estuve en el Esclat de Terrassa, ese negocio del grupo Bon Preu que debe ser muy importante para que viniera a inaugurarlo el mismísimo consejero de Empresa y Empleo de la Generalitat y al que junto a Media Markt ha merecido una insólita propaganda de nuestra primera autoridad civil, el ilustrísimo alcalde de la ciudad, el neoconservador Jordi Ballart.
Eso de que un alcalde promueva públicamente las grandezas de empresas privadas, no lo había visto en mi vida, más que en esos discursos inaugurales, cargados de fariseísmo, hipocresía y los mejores augurios del mundo. Es por ello que pensé que se trataba de compañías que rayan la perfección en ofertas, atención, lujo y, sobre todo que tienen un contenido social indiscutible que atraiga a los políticos.
En Media Markt, a la que fui el miércoles después de ver La Visita en el cine del Parc Vallès, una película que por cierto no dudo en recomendar aunque no sea alcalde, me llevé la sorpresa de encontrarme con una tienda brillante, con muchas luces, donde destaca el rojo, color de la sangre y el socialismo y con unos precios que me llevaron a pensar que “tendría que ser tonto para comprar aquí” y me quedé de lo más tranquilo por haber adquirido mis PC’s, mis portátiles, mi SmartTV y mi impresora en Carrefour y mis cuatro cámara fotográficas en Eroski, porque de lo contrario, hoy sería un poco más pobre de lo que soy.
Ya lo sé que en nuestro titular, la estrella es el Esclat y por eso a continuación dedico unas letras a este gran supermercado o pequeño Hiper.
Me gustó. Espacioso, atractivo, funcional, pero con precios comparables a cualquier supermercado de la localidad, aunque en demasiadas ocasiones algo más elevados, en algunas pocas, iguales y en menos, más bajos. ¡Vamos! Que solamente es ideal para los vecinos que viven cerca.
Desde luego no entra en mis planes trasladarme desde mi barrio a hacer las compras allí… Por ello, por precios y por cercanía, para hacer las compras de víveres, me sigo quedando con Lidl, Aldi, Carrefour y Caprabo, en ese orden… Y gano.
Así es la vida. Así son y así están las cosas.