Como es habitual el último fin de semana de octubre, comienza a las tres de la mañana del domingo, a regir el horario de invierno, por lo que a esa hora los relojes deberán regresar a las dos de la madrugada para permitir, dicen los que nunca se callan, ahorrar luz, aunque en realidad, cada vez queda más demostrado que no sirve más que para "jorobar" al prójimo.
Lo cierto es que así como en el último fin de semana de marzo, los terrícolas europeos dormimos una hora menos, en el de esta ocasión, podremos disfrutar de una hora más y de algo más de luz natural por las mañanas al menos las siguientes dos semanas, pero por el contrario nos tocará ver cómo el sol se esconde mucho antes por las tardes dejándonos en penumbras y a merced de la luz eléctrica y su factura.
Esto del cambio de horario parece un timo más de los que perpetran los que dominan el mundo para ganar más dinero, utilizando, eso sí, a sus marionetas políticas para engañarnos a nosotros, simples lerdos y crédulos seres que transitamos por este mundo desde el primer berrinche hasta el último suspiro, sin más ilusión que el fútbol semanal.
Así es la vida. Así son y así están las cosas.
Lo cierto es que así como en el último fin de semana de marzo, los terrícolas europeos dormimos una hora menos, en el de esta ocasión, podremos disfrutar de una hora más y de algo más de luz natural por las mañanas al menos las siguientes dos semanas, pero por el contrario nos tocará ver cómo el sol se esconde mucho antes por las tardes dejándonos en penumbras y a merced de la luz eléctrica y su factura.
Esto del cambio de horario parece un timo más de los que perpetran los que dominan el mundo para ganar más dinero, utilizando, eso sí, a sus marionetas políticas para engañarnos a nosotros, simples lerdos y crédulos seres que transitamos por este mundo desde el primer berrinche hasta el último suspiro, sin más ilusión que el fútbol semanal.
Así es la vida. Así son y así están las cosas.