En el año 1894 concluyó la construcción de la vivienda que ocupa el número 40 del Raval de Montserrat, conocida por el nombre de su primer propietario, Joaquim Freixa, hermano del famoso industrial Josep Freixa i Argemí, entre cuyo legado a la ciudad queda el que posiblemente sea su monumento más emblemático: la Masía Freixa.
La Casa Joaquim Freixa está considerada como la primera obra conocida del arquitecto Lluís Muncunill. Así se hace constar en la ficha dedicada a este edificio que se recoge dentro del Plan Especial de Protección del Patrimonio Histórico-Artístico de Terrassa del año 1986.
Se trata de una vivienda entre medianeras, de corte historicista e inspiración neogótica, que consta de planta principal de gran rotundidad, acentuada por la existencia de una planta semi-sótano, que le confiere cierta singularidad si la comparamos con la generalidad de la arquitectura residencial terrassense del siglo XIX. No sería aventurado, por ello, afirmar que en su momento fue innovadora tanto por su planta semi-sótano como por su arquitectura neogótica, por aquel entonces sólo utilizada en edificios públicos.
La sencillez, por lo general marca distintiva de Muncunill, es posiblemente uno de los principales rasgos de su fachada de marcada simetría, en la que dominan tres oberturas verticales protegidas por guardapolvos entrelazados entre sí que aportan un toque decorativo a la extrema sobriedad del conjunto, nervaduras que finalizan en pequeños adornos emulando capiteles.
En medio destaca el imponente portal de entrada, de vertiginosa verticalidad y adornado por una puerta de madera de ricos repujados. A ambos lados de la puerta podemos contemplar dos ventanales igualmente verticales, adornados por sendas barandas de hierro. Y bajo esos dos ventanales separadas por una marcada línea de imposta -casi una cornisa- se abren otras dos oberturas que nacen en el mismo suelo y concluyen en arcos de carpanel.
Finalmente, el conjunto aparece rematado por una cornisa que sustenta una baranda de celosía, cuya base fue decorada con motivos florales.
El edificio está protegido como Bien Cultural de Interés Local. (José Luis Montoya / ARQUITERRASSA)
La Casa Joaquim Freixa está considerada como la primera obra conocida del arquitecto Lluís Muncunill. Así se hace constar en la ficha dedicada a este edificio que se recoge dentro del Plan Especial de Protección del Patrimonio Histórico-Artístico de Terrassa del año 1986.
Se trata de una vivienda entre medianeras, de corte historicista e inspiración neogótica, que consta de planta principal de gran rotundidad, acentuada por la existencia de una planta semi-sótano, que le confiere cierta singularidad si la comparamos con la generalidad de la arquitectura residencial terrassense del siglo XIX. No sería aventurado, por ello, afirmar que en su momento fue innovadora tanto por su planta semi-sótano como por su arquitectura neogótica, por aquel entonces sólo utilizada en edificios públicos.
La sencillez, por lo general marca distintiva de Muncunill, es posiblemente uno de los principales rasgos de su fachada de marcada simetría, en la que dominan tres oberturas verticales protegidas por guardapolvos entrelazados entre sí que aportan un toque decorativo a la extrema sobriedad del conjunto, nervaduras que finalizan en pequeños adornos emulando capiteles.
En medio destaca el imponente portal de entrada, de vertiginosa verticalidad y adornado por una puerta de madera de ricos repujados. A ambos lados de la puerta podemos contemplar dos ventanales igualmente verticales, adornados por sendas barandas de hierro. Y bajo esos dos ventanales separadas por una marcada línea de imposta -casi una cornisa- se abren otras dos oberturas que nacen en el mismo suelo y concluyen en arcos de carpanel.
Finalmente, el conjunto aparece rematado por una cornisa que sustenta una baranda de celosía, cuya base fue decorada con motivos florales.
El edificio está protegido como Bien Cultural de Interés Local. (José Luis Montoya / ARQUITERRASSA)