De las más de 16 mil tarjetas T-Blanca que ha tramitado el Ayuntamiento de Terrassa para un transporte público que los acomodados y excesivamente bien pagados políticos que lo componen han reconvertido de servicio público a empresa con fines de lucro, trece mil corresponden a jubilados, quienes gracias a estos tristes pobres progres de salón, han perdido el derecho a su histórica gratuidad.
Uno de estos concejales ha llegado a afirmar que no es partidario de la gratuidad universal, lo que no solamente justificaría esta canallada sin nombre que obliga a este colectivo a pagar entre cinco y 20 euros por el bono anual y a un buen número a que ni siquiera tengan acceso a él, sino que de paso estaría justificando los recortes perpetrados en la era Zapatero, de los que se quieren olvidar... especialmente contra los jubilados, a quienes congelaron miserablemnente sus pensiones y alargaron la edad de jubilación a los 67 años..
Con este esperpento político, demuestra, también la casta terrassense que en abierta perversión de la democracia, reinterpretan los deseos de sus mandantes, como si su secta, como todas las sectas, tuviese la verdad absoluta.
Se han tramitado además unas dos mil tarjetas para discapacitados, 500 a incapacitados y cuatrocientas para acompañantes.
Los que han decidido y llevado a la práctica esta nueva modalidad, tienen sueldos escandalosos en la relación calidad precio, buenos coches, algunos oficiales y... parece importarles un pimiento que se sigan hundiendo en las encuestas.
Uno de estos concejales ha llegado a afirmar que no es partidario de la gratuidad universal, lo que no solamente justificaría esta canallada sin nombre que obliga a este colectivo a pagar entre cinco y 20 euros por el bono anual y a un buen número a que ni siquiera tengan acceso a él, sino que de paso estaría justificando los recortes perpetrados en la era Zapatero, de los que se quieren olvidar... especialmente contra los jubilados, a quienes congelaron miserablemnente sus pensiones y alargaron la edad de jubilación a los 67 años..
Con este esperpento político, demuestra, también la casta terrassense que en abierta perversión de la democracia, reinterpretan los deseos de sus mandantes, como si su secta, como todas las sectas, tuviese la verdad absoluta.
Se han tramitado además unas dos mil tarjetas para discapacitados, 500 a incapacitados y cuatrocientas para acompañantes.
Los que han decidido y llevado a la práctica esta nueva modalidad, tienen sueldos escandalosos en la relación calidad precio, buenos coches, algunos oficiales y... parece importarles un pimiento que se sigan hundiendo en las encuestas.