Primero, el hombre, Josep Calçada, burló la vigilancia policial sin que por ello se haya señalado a ningún responsable, cuando lo natural es que alguien al menos hubiese dicho... "Sí hubo un fallo y dimito", cosa imposible con los sueldos que se suelen cobrar en el entorno de las administraciones que hay que defender, y si nadie presiona desde arriba, pues ya está.
Ataviado con las vestimentas de técnico, porque de Súperman, Batman o Mujer Maravilla hubiese sido menos creíble, Calçada se metió por error ni más ni menos que en el despacho del alcalde, quien amable como siempre y sin imaginar que aquel flamante técnico de aires acondicionados tenía malas ideas, le guió hasta el salón que da acceso a las astas de las banderas. Entonces el hombre "que no es así" de hacer estas cosas, prendió fuego a la española.
El sujeto que al ser detenido gracias a su confesión a través de twitter y no a la sagacidad de los 'sabuesos' policiales y fue identificado públicamente como un elemento ajeno al avatar político o soberanista, pidió, no obstante, disculpas a los independentistas y al 'dandy' Mas, por el daño que pueda haber ocasionado con su acción al proceso soberanista.
Como justificación ante un acto que no quiso hacer, pero que hizo, este desempleado de 45 años, afirmó que en twitter se sintió agredido por Madrid.
¡Cuidado de dejar ver a este sujeto lo que está ocurriendo en Ucrania, porque sin quererlo a lo peor lo tenemos por allí, quemando un tanque ruso... ¡Zape!